Comentario del Evangelio por D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid, que todos los días me envía para que lo dé a conocer en el Blog católico de Javier Olivares, baionés jubilado de BAIONA.
D. Jesús Mateo me envía su comentario del día 23 de octubre, DOMINGO. .
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PARÁBOLA DEL FARISEO Y DEL PUBLICANO. "TODO EL QUE SE ENALTECE SERÁ HUMILLADO Y EL QUE SE HUMILLA SERÁ ENALTECIDO" (Lc 18, 9-14).
El
Evangelio de hoy nos habla de la parábola del Fariseo y del Publicano. La
verdad es que el Fariseo es un tipo especial: es SOBERBIO. Cree que todo lo
hace bien. Sólo ve los defectos de los
demás y no ve en ellos ninguna virtud. Está satisfecho de sí mismo. Se compara
con los demás y se considera superior. Nunca pide perdón. Desprecia a los
demás. Es frío, indiferente, injusto. Se considera mejor que los demás y sólo
ve en ellos defectos.
A
Dios Nuestro Señor le desagrada la oración del fariseo debido a su orgullo y
soberbia. Por todo ello bajó del Templo con sus propios pecados.
El publicano es distinto. Reconoce su indignidad y sus pecados y se arrepiente sinceramente de ellos. Repite con verdad y con dolor: "Oh Dios, ten compasión de mí que soy un pecador". Confía en la misericordia divina. Su oración es auténtica y agrada a Dios y alcanza su perdón. Es un hombre humilde. Pide perdón a Dios de sus pecados
El Señor nos dice: "Éste bajó justificado a su casa, y aquél no". Dios bendice a los humildes y rechaza a los soberbios.
¿En
quién de los dos nos sentimos reflejados en el fariseo o en el publicano? Imitemos
al publicano y no seamos fariseos.
Jesús
Mateo. Sacerdote.
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Que
el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su
castísimo esposo. Un abrazo. P. Franja.
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