De pronto, María, "tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. "MARÍA UNGIÓ LOS PIES DE JESÚS" (Jn 12, 1-11)

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D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid,  me manda todos los días un comentario del EVANGELIO para editarlo en el Blog católico de Javier Olivares. Lo hago con mucho gusto porque además lo encuentro muy bueno para hacer oración. P. Franja. 

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3 de abril, Lunes Santo 2023

De pronto, María, "tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. "MARÍA UNGIÓ LOS PIES DE JESÚS" (Jn 12, 1-11)

Sucedió en Betania. Allí vivían Lázaro, Marta y María, los amigos de Jesús. Estos tres hermanos prepararon una cena en honor de Jesucristo. También estaban invitados los Apóstoles. Jesús se encontraba muy a gusto en Betania, en casa de estos amigos. Muchos judíos al enterarse de que estaba Jesús fueron allí no sólo por ver al Señor sino también por ver a Lázaro a quien había resucitado de entre los muertos

Marta servía y Lázaro estaba en la mesa con Jesucristo. Todo estaba resultando normal. De pronto, María, "tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume". San Marcos lo narra así: "Quebró el frasco, que era de alabastro, y lo derramó todo sobre la cabeza de Jesús" (Mc 14, 3).

¡Qué maravilla de mujer! Trató al Señor con una delicadeza exquisita al derramar sobre Él un frasco de perfume de nardo. El precio era de trescientos denarios  aproximadamente el sueldo de un obrero durante todo un año: la acción fue, pues,  muy generosa. 

El romper el frasco para derramar hasta la última gota del perfume, sin que pueda servir a nadie más, sugiere que Jesús lo merece todo.

Te invito a meditar en esta idea: Dios se lo merece todo. Vamos a darle tú y yo el corazón por entero. Vamos a amar a Jesús con todo el corazón, con toda el alma, con todo nuestro ser. Dios no quiere corazones partidos; no quiere una vida tibia, mediocre. Lo quiere todo; el frasco entero. Y el Señor lo quiere, ahora, en este momento, en esta Semana Santa; no importa el pasado.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja.

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