Comentario SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ «UN HOMBRE DE FE»(Lc 2, 41-52).

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

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D. JESÚS MATEO, es un sacerdote amigo de Valladolid, que se dedica pacientemente a mandarnos un pequeño comentario del Evangelio de la liturgia del día. Y como es muy corto y enjundioso os hago participes. Franja.

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Martes, 19 de marzo de 2019

Comentario 

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

«UN HOMBRE DE FE»(Lc 2, 41-52).

¿Qué dirías,  tú,  de San José?

Estaba yo pensando qué decirte del Santo Patriarca y Esposo de la Virgen, cuando encontré  unas palabras del Papa Francisco, que me han gustado mucho  y las pongo a tu consideración.

Comenta el Santo Padre:

«Recuerdo a una persona que quiero mucho, y que es y ha sido muy importante a lo largo de mi vida. Ha sido sostén y fuente de inspiración. Es a él a quien recurro cuando estoy medio «apretado»:  Es  "San José".

¿Podemos decir tú y yo lo mismo?

¿Acudimos, con FE, a San José?

¿Sabes que Santa Teresa de Jesús era muy  devota del Patriarca y comenta que  concede todo lo que se le pide?

Tú y yo podemos decir muchas cosas de San José. Hoy me voy a fijar en una:

« UN HOMBRE DE FE»

Es verdaderamente admirable la fe de San José.  Aprendamos de su discreta presencia en el Evangelio. Dejémonos  sorprender por la sencillez y firmeza de la fe de San José, de su inquebrantable confianza en Dios.

Era  un hombre de FE. Un hombre justo. Con una inquebrantable confianza en Dios.  Toda su vida se ordena a la misión que Dios le tiene reservada. Él es el «custodio»de aquello más preciado y valioso que Dios pone en la tierra; su Hijo amado y María Santísima.

¿Te  imaginas lo Santo que  tuvo que ser San José para ser el CUSTODIO  de  la  Virgen y del Niňo?

San José es «custodio» porque sabe escuchar a  Dios, se deja guiar por su voluntad.

Nosotros  tenemos  que imitarle en saber escuchar a Dios y cumplir su voluntad.

San José nos ayudará a vivir nuestra vocación. Porque tú y yo también somos «custodios» de los tesoros de Dios en la tierra. Somos custodios de los demás, nuestros hermanos. Somos  custodios de la fe que hemos  recibido  y la tenemos que entregar a nuestros amigos, familiares y compañeros. Aprendamos,  por eso, del «mejor custodio» a responder a nuestra  fe y a  nuestra  vocación divina.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague ese esfuerzo diario

y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.

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