Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Comentario del Evangelio del día
No te olvides de que estamos rezando los
Evangelio de hoy, domingo VIII del T.O.
(Lc 6, 39-45).
D. JESÚS MATEO, es un sacerdote amigo de Valladolid, que se dedica pacientemente a mandarnos un pequeño comentario del Evangelio de la liturgia del día.
Como me gusta mucho y se puede aprovechar para meditar, lo envío a los amigos. Franja.
Domingo, 3 de Marzo de 2019
«CADA ÁRBOL SE CONOCE POR SU FRUTO» (Lc 6, 39-45).
Jesucristo era, y es, un amante de la naturaleza.
Conocía muy bien el campo. Sabía distinguir entre un árbol bueno y uno malo. Para ello decía que no hay que fijarse en las hojas, sino en los frutos.
Un árbol puede tener grandes hojas, relucientes, lustrosas. Solo follaje, exclusivamente eso, y nada más.
¿Te acuerdas de la higuera a la que se acercó Jesús y no encontró higos, sino sólo hojas? ¿Y sabes lo que ocurrió? Que Jesús la maldijo y se secó de raíz. Y nadie comió ya fruto de ella.
En el Evangelio de hoy nos dice que «no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal».
Dios busca en nosotros fruto y fruto abundante. Dios espera en tu vida y en la mía santidad.
Todos conocemos personas santas, buenas , llenas de buenas obras. Hemos de imitarlas.
Podemos dar fruto en todos momentos y circunstancias de la vida.
Tanto en momentos de cansancio como cuando todo está ordenado y tranquilo; en el fracaso, en la ruina económica, en la juventud y en la ancianidad.
En todas las circunstancias debemos encontrar a Dios porque EL nos da las gracias necesarias.
Hemos de dar fruto ahora, en el momento, edad y circunstancias en las que nos encontramos. No esperemos situaciones más favorables para acercarnos más a Dios.
Dios nos llama a todos a la santidad, a la generosidad, al desprendimiento, a la entrega.
No cabe la mediocridad, la tibieza,
El Señor nos propone nuevos horizontes, metas más elevadas, Y nos llama a entregarnos al amor sin reserva.
Va a comenzar la Cuaresma. Tiempo de conversión, tiempo de gracia.
Que la Santísima Virgen nos ayude a convertirnos y a dar frutos de santidad.
Jesús Mateo. Sacerdote.
Vista panorámica del Parador de Baiona
desde la muralla del PARADOR
de Monterreal.
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