Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda
diariamente un lindo comentario del
Evangelio, que vale la pena meditarlo y compartirlo además de con los
sacerdotes, también con los seglares que lo soliciten.
Y lo pongo también todos los
días en uno de mis Blogs. Franja.
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1 de Febrero, sábado, de 2020.
Comentario "LA
TEMPESTAD CALMADA" (Mc 4, 35-41).
A los Apóstoles, aunque estaban
acostumbrados a los peligros del mar, les impresionó esta tempestad, tal y como
lo narra San Marcos:
"Aquel día,
llegada a la tarde, les dice: Crucemos al otro lado. Y, despidiendo a la
muchedumbre, le llevaron en la barca tal como se encontraba, y le acompañaban
otras barcas. Y se levantó una gran tempestad de viento, y las olas se echaban encima de la barca, de manera que se inundaba la barca. Él estaba
en la popa durmiendo sobre un cabezal;
entonces lo despiertan, y le dicen: Maestro, no te importa que
perezcamos? y levantándose, increpó al
viento y dijo al mar: Calla, y enmudece. Y se calmó el viento y se produjo una
gran bonanza.
Entonces les dijo: ¿Por qué tenéis miedo? ¿Todavía no tenéis fe?
Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién es este que hasta el viento y el mar de
obedecen?"
Nuestra vida es comparable a
una barca. En ella va Jesús.
¡Qué bien se está con el Señor!
Jesucristo en esta ocasión está
muy cansado, como tú y yo lo estamos muchas veces.
Es muy difícil de entender cómo
el Señor podía estar dormido a pesar de la tempestad.
También ahora "parece"
que Jesús está dormido a pesar "de la que está cayendo".
Parece como que no le importa
lo que pasa en tu alma y en la mía: tentaciones, pecados, peligros, tibieza,
envidia, soberbia, orgullo, impureza, críticas, pereza, pasiones desordenadas...,
y como que no nos hace caso.
"Y esta tempestad también
me recuerda los malos momentos que pasa nuestra Santa Madre la Iglesia en la
tierra, en tantos lugares del mundo.(Con Él ).
En aquella ocasión los
Apóstoles despiertan a Jesús diciéndole:
Maestro, ¿no te importa que perezcamos?
¡Qué buena jaculatoria para que
tú y yo la repitamos con frecuencia!
Jesús increpó al viento y dijo
al mar: Enmudece.
Y vino una gran calma.
La tempestad calmada
Cuando lo pasemos mal y nos
azote la tempestad acudamos a Jesús,
aunque sea con gritos, hasta despertarle.
Jesús es nuestra barca y no
naufragará.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo
diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja
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