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HOY D. JESÚS MATEO ME
ENVÍA LO SIGUIENTE:
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☆28 de Junio, lunes de 2021
COMENTARIO: Déjame ir primero a enterrar a mi padre. Jesús le replicó: "JESÚS LE REPLICÓ: TÚ SÍGUEME". (Mt 8, 15-23).
El Evangelio de hoy no es de los más conocidos. Hasta te puede resultar un tanto extraña la actitud del Señor. Lo narra así el Evangelista San Mateo: "Se le acercó un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adonde vayas. Jesús le respondió: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde rechinar la cabeza. Otro que era discípulo, le dijo: Señor, Déjame ir primero a enterrar a mi padre. Jesús le replicó: Tú sígueme.
Deja que los muertos entierren a sus muertos".
Como ves, el Evangelista recoge dos casos concretos de seguimiento a Jesús. En el primero, en el del escriba, Nuestro Señor explica las exigencias del llamamiento a la fe, a ser cristianos. En el segundo, al que ha dicho ya sí, le recuerda las exigencias de su compromiso.
El ser cristiano supone unas exigencias, como hemos meditado en el Sermón de las Bienaventuranzas y en el doble precepto del amor. Todos, también tú y yo, tenemos el peligro de poner excusas para seguir al Maestro. Cuántas veces dejamos las cosas para mañana, "para lo mismo responder mañana".
¿Que nos cuesta y supone sacrificio? Es cierto, y de eso se trata. ¿Qué no te supone ningún sacrificio ser católico? En ese caso es que sólo eres cristiano de nombre pero no de verdad.
Nos podemos preguntar tú y yo:
¿Qué me exige el seguir a Jesús, el ser cristiano? ¿Cuáles son las exigencias
personales y concretas de mi vocación cristiana? ¿No te parece que vivimos un
cristianismo a nuestro gusto y capricho? ¿En qué se nos nota que somos
cristianos? ¿No será que no hemos tenido un encuentro personal con Cristo y nos
estamos conformando con unas prácticas religiosas que no nos sirven en la
actualidad?
Hemos de enamorarnos de Cristo.
El cumplimiento de unas normas
no es el fin de nuestra vocación, sino medios para tener una relación personal
con Cristo. La fe la tenemos que hacer sangre de nuestra sangre. Sólo el
encuentro personal con Cristo es lo que mueve y arrastra. Sólo el enamorado
enamora y transmite. Hemos de enamorarnos de Cristo. Para ello debemos
conocerlo más y mejor.
Lo conoceremos en la oración, en la lectura del Evangelio, y en los Sacramentos. Todo ello nos llevará a enamorarnos de la Santísima Humanidad de Jesucristo. De eso se trata de "buscar, encontrar, amar y enamorarnos de Cristo".
Jesús Mateo. Sacerdote ..
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Que Dios pague ese esfuerzo
diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja
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Que Santa María la Virgen no nos abandone nunca.
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