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HOY HE RECIBIDO DE D. JESÚS MATEO LO SIGUIENTE:
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18 de junio, viernes de 2021
COMENTARIO "NO ATESORÉIS TESOROS EN LA TIERRA...ATESORAD TESOROS EN EL CIELO...DONDE ESTÁ TU TESORO ALLÍ ESTÁ TU CORAZÓN" (Mt 6, 19-23).
El Señor nos aconseja que no amontonemos tesoros en la tierra, porque duran poco y son inseguros y frágiles: "la polilla y la carcoma los corroen, o bien los ladrones abren boquetes y los roban".
¡Qué sabio es Jesucristo! Nos hace ver que ninguna cosa de la vida vale la pena. Ninguna cosa de la tierra merece que pongamos en ella el corazón de un modo absoluto. Sólo Dios basta. Estamos hechos para Dios y sólo Él nos llena del todo. Tenemos experiencia de ello.
Nos ilusionó el primer coche que
adquirimos. Disfrutamos con nuestros sobresalientes que sacamos. Pusimos
ilusión en el piso, en el chalet, en los viajes, en el dinero, en la ropa, en
las joyas, en el triunfo personal..., pero nada de eso nos llenó del todo...Vuelvo
a repetir: Sólo Dios llena. Sólo Dios hace feliz. Quien a Dios tiene nada le
falta. Sólo Dios basta. El corazón está hecho para Dios y, en Dios, para todas
las cosas nobles de la tierra.
Y, ¿por qué no aprendemos la lección? A
todos, también a ti y a mí, nos es muy útil preguntarnos con cierta frecuencia,
hoy, ahora: ¿En qué tengo puesto el corazón? ¿Cuál es mi tesoro? ¿En qué pienso
de modo habitual? ¿Cuál es el centro de mis preocupaciones más íntimas? ¿Es
Dios, o por el contrario son los negocios, el estudio, la selectividad, la oposición,
el trabajo, la salud, el afán de tener más y triunfar en la vida?
Con el poeta te digo: "Loco debo de ser, pues no soy santo". Atesora tesoros en el Cielo nos dice hoy el Señor.
Examinemos nuestra conciencia, miremos nuestro corazón y comprobemos "si tenemos las manos llenas o vacías" como el protagonista de la película Balarrasa. Iremos llenando nuestras manos amando a Dios y al prójimo. Viviendo para nuestra familia y saliendo de nuestro egoísmo.
Dios quiere que seamos luz para los
demás. Que seamos levadura que día a día va transformando el ambiente familiar
y social.
Que la Virgen, nuestra Madre, nos enseñe a "atesorar tesoros en el Cielo" en la vocación que Dios nos ha dado, en la propia casa, en el propio hogar, en las personas que Dios ha querido vincular de diversos modos a nuestra vida. Que con su ayuda podamos decir: MI TESORO ES EL SEÑOR.
Jesús Mateo.
Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que
Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja
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