Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Espero que os guste esta pequeña historia de una cicatriz. Las
cicatrices de los padres pueden ser consecuencia de los cuidados maternales y
paternales por los hijos, aunque estos no lo hayan advertido.
Que esta historia haga reflexionar a los hijos, porque siempre
hay cicatrices en los padres que muchas son de las que no se ven, pero que ahí
están. Solo hay que fijarse un poco. Franja
La cicatriz y
el amor de madre
Familia
| 2567 lecturas
Una niñita invitó a su madre a
una reunión de padres y maestros que se celebraba en la escuela primaria a la
que asistía. Aunque la niña no deseaba que fuera, la madre aceptó la
invitación. Sería la primera vez que sus compañeros de clase y su maestra vieran
a su madre, y le daba vergüenza su aspecto. A pesar de que era una hermosa
mujer, había una gran cicatriz que cubría casi todo el lado derecho de su
rostro y la niña le impresionaba tanto que nunca quería hablar acerca de por
qué o cómo se la había hecho.
En la conferencia, la gente quedó
impresionada con la bondad y la belleza natural de su madre, a pesar de la
cicatriz, pero la niña seguía avergonzada y se ocultó de todos. Sin embargo, se
mantuvo a una distancia que le permitía escuchar lo que decían su madre y su
maestra en una conversación, y esto fue lo que oyó:
–¿Cómo se hizo esa cicatriz
en la cara? Le preguntó la maestra. La madre respondió:
–Cuando mi hija nació,
se incendió la habitación en la que dormía. Todos tenían demasiado miedo de
entrar, porque el fuego estaba fuera de control, de manera que me arriesgue y
entré. Cuando corría hacia su cuna, vi que caía una viga del techo y me lance
sobre mi hija para protegerla. El golpe me dejó inconsciente, pero gracias a
Dios, entró un bombero y nos salvó a las dos. Esta cicatriz me acompañará por
siempre, pero nunca lamentaré haber hecho lo que hice.
En ese punto, la niña se dio
cuenta del sacrificio que su madre había hecho para salvarla y corriendo hacia
ella con lágrimas en los ojos, la abrazó y la tomó de la mano durante el resto
del día.
Esta historia, me recuerda que
también cuando estemos ante la presencia de Jesús podremos ver las cicatrices
en sus manos, sus pies y costado. Y que Él, como la madre de la historia puso
su vida para salvarnos de la muerte eterna.
Los hombres, sabemos reconocer
los actos de valor y damos medallas de honor y declaramos héroes, a todos
aquellos que han hecho algo por el bien de los demás, arriesgando su propia
vida.
¿Serías capaz de reconocer como
héroe, a Aquél que murió en la cruz del calvario para salvarte de la muerte
eterna?
«Jesús se merece, sin ningún
género de dudas, ser el Héroe de nuestra vida»
http://www.reflexionesparaelalma.net/page/reflexiones/id/593/title/La-cicatriz
Un jarrón de flores para las mamás
que son
sacrificadas
Un jarrón de flores para las mamás
que son
sacrificadas
No hay comentarios:
Publicar un comentario