Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Abortar,
¿es un derecho?
Fernando
Pascual, L.C.
AutoresCatolicos.org
Autoridad
y libertad en la educación de los hijos
Victoria
Cardona
El Que el aborto es un delito resulta
claro cuando vemos lo que ocurre en cada aborto con ojos claros y con una
inteligencia honesta: una madre decide, o es obligada, a eliminar a su hijo.
El aborto, por lo tanto, nunca podrá
ser un “derecho”. Porque un derecho existe cuando hay que tutelar y promover
algunas dimensiones básicas de un ser humano. Y porque el primer derecho para
que camine entre nosotros un ser humano es el derecho a la vida.
Por eso resulta absurdo invocar y
hablar de “derechos humanos” para pedir que una mujer pueda tener en su país o
en el extranjero la posibilidad de un aborto “seguro” y “legal”. Ningún aborto
es “seguro”, porque asesinar nunca será una “seguridad” para la víctima. A la
vez, una ley deja de ser “ley”, es decir, deja de ser un principio regulador de
derechos y deberes en la vida social, cuando con esa ley se permite eliminar la
vida de seres humanos inocentes.
El hecho de que tres mujeres irlandesas
hayan recurrido en 2005 al Tribunal Europeo de derechos humanos para defender
su “derecho” a abortar en Irlanda sin tener que salir al extranjero para
hacerlo, y que el Tribunal haya aceptado el caso y haya pedido este año 2008
más información para estudiarlo, es, simplemente, absurdo y contradictorio. Por
tres motivos fundamentales:
El primero: que existan mujeres,
asesoradas por abogados o grupos sociales, que consideren el aborto como un
derecho, cuando se trata de un crimen.
El segundo: que haya numerosos países,
algunos que se autodeclaran como “civilizados”, “progresistas” o, incluso,
“promotores” de los derechos humanos, donde el aborto sea legal, es decir,
donde miles de hijos sean eliminados cada año.
El tercero: que una corte o tribunal
creado para tutelar los derechos humanos acoja una petición tan absurda y la
estudie, cuando lo único que debería hacer es trabajar según su propia
naturaleza: la de garantizar los derechos fundamentales, especialmente de los
sujetos más débiles, los hijos antes de nacer.
Sólo si reconocemos y denunciamos una
situación tan absurda y los males que se esconden detrás de todas las
propuestas e iniciativas a favor del aborto seremos capaces de avanzar,
realmente, en la tutela de los derechos humanos. De este modo, podremos construir
un mundo donde todas las madres y todos los hijos puedan ser ayudados en el
camino maravilloso de la vida humana.
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