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lunes, 9 de diciembre de 2013

Hora de la tarde, fin de las labores

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Hoy te pongo una meditación ilustrada.
Franja

No estará de más, que algunas veces pensemos en nuestro final.

El Señor busca obreros para su viña

En ese final daremos cuenta de la manera, cómo hayamos trabajado en la viña del Señor. En él recibiremos el salario (el denario) -el premio de nuestra vida- según hayamos respondido a su llamada, a trabajar en su viña, orgullosos de haberlo hecho desde la primera hora.  
¿No has sentido a veces en el interior del corazón, de que el Señor es un poco "injustillo" a la hora de pagar?...

Todos recibieron un denario

¿Pagar lo mismo a los de última hora, que a los que llevaron el peso del día y del bochorno? Ante eso el Señor nos dice que no, que no es injusto, porque además de ser el dueño de la viña, es el dueño también de nuestras vidas. 
Por eso colegimos que el trabajar en su viña es el mejor honor que podemos recibir, porque nuestro jornal nunca se corresponde con el salario contratado.  Así cobra sentido el verso y la canción, que puedes leer y escuchar a continuación. 
Franja.

Hora de la tarde, fin de las labores

Himno
Hora de la tarde fin de las labores
Fuente: Liturgia de las horas
  
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.


Al romper el día,
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.

Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.


Das al vespertino
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.

A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos



Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.

Canto: 
Hora de la tarde fin de las labores

Reflexión:
Himno de Completas

Cuando la luz del sol es ya poniente


Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.


Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día.

Canción:

Parábola de los trabajadores de la viña

...Y los últimos primeros!!!

Confeccionado por Franja,
sacados lo versos del Libro de Las Horas

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