Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Viernes Santo
Día en que crucificaron a Cristo
en el Calvario.
Cómo rezar el Via Crucis. La Virgen de la Soledad
Por: Teresa Fernández | Fuente:
Catholic.ent
En este día recordamos cuando
Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna. El
sacerdote lee la pasión de Cristo en la liturgia de la Adoración a la cruz. Ese
día no se celebra la Santa Misa.
En las iglesias, las imágenes se
cubren con una tela morada al igual que el crucifijo y el sagrario está abierto
en señal de que Jesús no está.
El color morado en la liturgia de
la Iglesia significa luto. Se viste de negro la imagen de la Virgen en señal de
luto por la muerte de su Hijo.
Podemos recordar leyendo el
Evangelio de San Juan, capítulo 18, versículos 1-19, 42.
¿Cómo podemos vivir este día?
Este día manda la Iglesia guardar
el ayuno y la abstinencia.
Se acostumbra rezar el Vía Crucis
y meditar en las Siete Palabras de Jesús en la cruz.
Se participa en la Liturgia de
Adoración a la Cruz con mucho amor, respeto y devoción.
Se trata de acompañar a Jesús en
su sufrimiento.
A las tres de la tarde,
recordamos la crucifixión de Jesús rezando el Credo.
¿Cómo se reza un Via Crucis?
Esta costumbre viene desde
finales del siglo V, cuando los cristianos en Jerusalén, se reunían por la
mañana del Viernes Santo a venerar la cruz de Jesús. Volvían a reunirse al
empezar la tarde para escuchar la lectura de la Pasión.
El Via Crucis es una manera de
recordar la pasión de Jesús y de revivir con Él y acompañarlo en los sufrimientos
que tuvo en el camino al Calvario.
Se divide en catorce estaciones
que narran, paso a paso, la Pasión de Cristo desde que es condenado a muerte
hasta que es colocado en el sepulcro.
El Via Crucis se reza caminando
en procesión, como simbolismo del camino que tuvo que recorrer Jesús hasta el
Monte Calvario. Hasta adelante, alguno de los participantes lleva una cruz
grande y es el que preside la procesión. Se hacen paradas a lo largo del camino
para reflexionar en cada una de las estaciones, mediante alguna lectura
específica.
Si se desea, después de escuchar
con atención la estación que se medita y al final de cada una, se puede rezar
un Padrenuestro, mientras se camina hasta la siguiente estación. El que lleva
la cruz, se la puede pasar a otra persona.
Se le puede cantar a la Virgen la
siguiente canción:
En el sufrimiento
supiste callar,
y junto a tu hijo
enseñas a amar.
Un Viernes Santo, con gran dolor,
sufre en silencio junto al
redentor;
desde esa hora, hora de cruz,
es nuestra Madre, nos la dio
Jesús.
Sugerencias para vivir la fiesta:
Realizar un Via Crucis.
Rezar el Rosario frente a la
Virgen Dolorosa.
Llevar flores a la Virgen para
consolarla.
Hacer oración en familia, en voz
alta frente a la Virgen para consolarla.
Rezar Los siete dolores en honor
a la Madre Dolorosa
Visita nuestro Especial de Semana
Santa
http://es.catholic.net/op/articulos/18280/viernes-santo.html
LA LITURGIA DEL VIERNES SANTO
Una celebración en cuatro partes:
las lecturas
la veneración de la cruz
la oración universal
la comunión.
PASIÓN SEGÚN SAN JUAN
No es simplemente el relato de la
pasión, sino una impresionante interpretación teológica, en que la figura de
Jesús aparece majestuosa, dueño de sí mismo.
Ni siquiera se hace alusión al
"abandono" de Jesús. (Juan es el único evangelista que tampoco habla
del sudor de sangre y la angustia de Getsemaní). Es una pasión triunfal, en que
Jesús asume la cumbre de su vida ofreciéndose voluntariamente, hasta la muerte.
Es lectura desde la fe.
LA ORACIÓN UNIVERSAL
Reunida ante Jesús crucificado,
la Iglesia entra en oración, agrupando ante Él todas las necesidades de la
humanidad.
Es un momento enormemente
intenso, puesto que ponemos ante la muerte de Cristo todo el mundo, como esperando
los frutos de la redención.
CONTEMPLAR LA CRUZ
Si eres el hijo de Dios, baja de
la cruz. No bajó, no creyeron. ¡Baja de la cruz, que Dios te salve si te
quiere... y creeremos en ti! ¡Qué difícil les resultaría predicar al
crucificado!
El viernes veneramos la cruz.
Debemos ser muy conscientes de todo lo que esto significa:
Creer en un crucificado. Dios
estaba con él, no con los otros. ¿Con quién estamos nosotros?
La cruz de Jesús y la del mundo.
Creer a pesar de la cruz, creer por la cruz de Jesús.
Mis pecados matan y me matan. Aborrecimiento
de los pecados.
Hemos trivializado la cruz: la
ponemos por todas partes, la usamos como joyas de adorno...
Meditar las frases de Pablo:
Jesús es para "el mundo" un repugnante crucificado. "El
mundo" es para mí un repugnante crucificado.
COMULGAR CON EL CRUCIFICADO
La antigua liturgia de la iglesia
consideraba este día como "día de luto", en el que no se celebraba la
eucaristía. Pero el pueblo cristiano entendió perfectamente que precisamente
éste era el día en que había que comulgar con Jesús.
Por eso, aunque no celebramos la
eucaristía entera, hacemos lo fundamental, comulgar con Jesús.
Comulgo con sus criterios, con
sus valores, con su estilo, con su Dios.
José Enrique Galarreta
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