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Viernes Santo
Día en que crucificaron a Cristo en el Calvario.
Cómo rezar el Via Crucis. La Virgen de la Soledad
Por: Teresa Fernández | Fuente: Catholic.ent
En este día recordamos cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna. El sacerdote lee la pasión de Cristo en la liturgia de la Adoración a la cruz. Ese día no se celebra la Santa Misa.
En las iglesias, las imágenes se cubren con una tela morada al igual que el crucifijo y el sagrario está abierto en señal de que Jesús no está.
El color morado en la liturgia de la Iglesia significa luto. Se viste de negro la imagen de la Virgen en señal de luto por la muerte de su Hijo.
Podemos recordar leyendo el Evangelio de San Juan, capítulo 18, versículos 1-19, 42.
¿Cómo podemos vivir este día?
Este día manda la Iglesia guardar el ayuno y la abstinencia.
Se acostumbra rezar el Vía Crucis y meditar en las Siete Palabras de Jesús en la cruz.
Se participa en la Liturgia de Adoración a la Cruz con mucho amor, respeto y devoción.
Se trata de acompañar a Jesús en su sufrimiento.
A las tres de la tarde, recordamos la crucifixión de Jesús rezando el Credo.
¿Cómo se reza un Via Crucis?
Esta costumbre viene desde finales del siglo V, cuando los cristianos en Jerusalén, se reunían por la mañana del Viernes Santo a venerar la cruz de Jesús. Volvían a reunirse al empezar la tarde para escuchar la lectura de la Pasión.
El Via Crucis es una manera de recordar la pasión de Jesús y de revivir con Él y acompañarlo en los sufrimientos que tuvo en el camino al Calvario.
Se divide en catorce estaciones que narran, paso a paso, la Pasión de Cristo desde que es condenado a muerte hasta que es colocado en el sepulcro.
El Via Crucis se reza caminando en procesión, como simbolismo del camino que tuvo que recorrer Jesús hasta el Monte Calvario. Hasta adelante, alguno de los participantes lleva una cruz grande y es el que preside la procesión. Se hacen paradas a lo largo del camino para reflexionar en cada una de las estaciones, mediante alguna lectura específica.
Si se desea, después de escuchar con atención la estación que se medita y al final de cada una, se puede rezar un Padrenuestro, mientras se camina hasta la siguiente estación. El que lleva la cruz, se la puede pasar a otra persona.
Se le puede cantar a la Virgen la siguiente canción:
En el sufrimiento
supiste callar,
y junto a tu hijo
enseñas a amar.
Un Viernes Santo, con gran dolor,
sufre en silencio junto al redentor;
desde esa hora, hora de cruz,
es nuestra Madre, nos la dio Jesús.
Sugerencias para vivir la fiesta:
Realizar un Via Crucis.
Rezar el Rosario frente a la Virgen Dolorosa.
Llevar flores a la Virgen para consolarla.
Hacer oración en familia, en voz alta frente a la Virgen para consolarla.
Rezar Los siete dolores en honor a la Madre Dolorosa
Visita nuestro Especial de Semana Santa
http://es.catholic.net/op/articulos/18280/viernes-santo.html
LA LITURGIA DEL VIERNES SANTO
Una celebración en cuatro partes:
las lecturas
la veneración de la cruz
la oración universal
la comunión.
PASIÓN SEGÚN SAN JUAN
No es simplemente el relato de la pasión, sino una impresionante interpretación teológica, en que la figura de Jesús aparece majestuosa, dueño de sí mismo.
Ni siquiera se hace alusión al "abandono" de Jesús. (Juan es el único evangelista que tampoco habla del sudor de sangre y la angustia de Getsemaní). Es una pasión triunfal, en que Jesús asume la cumbre de su vida ofreciéndose voluntariamente, hasta la muerte. Es lectura desde la fe.
LA ORACIÓN UNIVERSAL
Reunida ante Jesús crucificado, la Iglesia entra en oración, agrupando ante Él todas las necesidades de la humanidad.
Es un momento enormemente intenso, puesto que ponemos ante la muerte de Cristo todo el mundo, como esperando los frutos de la redención.
CONTEMPLAR LA CRUZ
Si eres el hijo de Dios, baja de la cruz. No bajó, no creyeron. ¡Baja de la cruz, que Dios te salve si te quiere... y creeremos en ti! ¡Qué difícil les resultaría predicar al crucificado!
El viernes veneramos la cruz. Debemos ser muy conscientes de todo lo que esto significa:
Creer en un crucificado. Dios estaba con él, no con los otros. ¿Con quién estamos nosotros?
La cruz de Jesús y la del mundo. Creer a pesar de la cruz, creer por la cruz de Jesús.
Mis pecados matan y me matan. Aborrecimiento de los pecados.
Hemos trivializado la cruz: la ponemos por todas partes, la usamos como joyas de adorno...
Meditar las frases de Pablo: Jesús es para "el mundo" un repugnante crucificado. "El mundo" es para mí un repugnante crucificado.
COMULGAR CON EL CRUCIFICADO
La antigua liturgia de la iglesia consideraba este día como "día de luto", en el que no se celebraba la eucaristía. Pero el pueblo cristiano entendió perfectamente que precisamente éste era el día en que había que comulgar con Jesús.
Por eso, aunque no celebramos la eucaristía entera, hacemos lo fundamental, comulgar con Jesús.
Comulgo con sus criterios, con sus valores, con su estilo, con su Dios.
José Enrique Galarreta
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