Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Reflexiones sobre la amistad.
Nunca la traiciones.
Cuando un amigo se marcha
A veces no podemos tener el
control total de las cosas que suceden. Amistades que se ven interrumpidas por
la distancia o el tiempo. Amigos que se van en busca de sus propios sueños o en
ocasiones, por eventos desafortunados. Cuando un amigo se marcha, abre una
herida en el corazón que es difícil de cicatrizar y una vez que lo hace, la
marca queda en lo más profundo del alma como un recordatorio de los momentos
más felices.
Y es que aunque nos cueste
seguir adelante ante un acontecimiento como este, no queda de otra que avanzar,
siempre manteniendo en la memoria el recuerdo de una persona que significó lo
más valioso en el pasado.
Hasta en los malos momentos
Se dice que solo una se puede
comprobar una amistad verdadera, cuando te toca compartir los instantes más
amargos y difíciles. Es sencillo mantener los lazos cuando las cosas marchan
tal y como lo deseamos. Pero cuando todo se vuelve en contra nuestra, hace
falta tener agallas para demostrar que siempre se va a permanecer ahí, para
apoyar a quien más lo necesita.
Y es que ser un amigo de verdad
es una acción que requiere de mucho valor. Tanto o más del necesario para
enfrentarnos con nuestros peores miedos.
Para ser fiel
La fidelidad es uno de los
valores más importantes para conservar la amistad, aunque desafortunadamente
hoy en día es más difícil de encontrar. ¿En qué momento podemos dejar de
preocuparnos por los amigos, para perseguir nuestros propios intereses? Este es
un pensamiento que a menudo pasa por mi cabeza, y me asusta porque no quiero darle
la espalda a esas personas que han estado desde siempre junto a mí.
Hacer esto supondría no solo
decepcionarlos a ellos, sino a mí mismo. Después de todo, ¿cómo se puede
proseguir siendo consciente de qué eres capaz de traicionar o has perdido la
capacidad de agradecer? Es una perspectiva con la que presiento que me ha
tocado vivir, solo para probarme que soy una mejor persona de la que creo ser.
También me pregunto y presiento
que a ellos les sucede lo mismo. Supongo que para ser fiel, hace falta tener
presente esta inquietud y a pesar de lo que suceda, contar con la convicción de
saber como rechazarla.
Por las amistades perdidas
Es difícil comprender como un
malentendido, puede ocasionar que tengas que despedirte para siempre de
personas que una vez fueron incondicionales. Amistades que se quebrantan y se
disuelven en el tiempo, aunque antaño prometían ser para siempre. Son solo los
años quien pueden corroborar esa decisión. Es increíble como las cosas pueden
cambiar de un instante a otro, en menos tiempo del que nos imaginamos.
Los días se vuelven oscuros y
puedes sentir como la traición te acecha a cada paso que das, como la
indiferencia amenaza con volverte insensible y las horas transcurren,
recordándote que es imposible que las cosas vuelvan a ser igual que antes.
Pero es por las amistades
perdidas que al final terminamos volviéndonos más fuertes y sabemos reconocer,
a quién no nos defraudará. Puedes terminar diciendo adiós a un montón de gente,
pero así tengas al final un par o solo un amigo que es verdaderamente honesto,
sabrás que todo habrá valido la pena.
Cuando el mundo te da la
espalda
Sucede. Cerramos los ojos ante
las equivocaciones que cometemos, quizá para no ver como todo se desmorona a
nuestro alrededor o tal vez, porque solo
tenemos miedo de aceptar lo inevitable. Entonces el mundo entero nos da la
espalda y nos hundimos en un abismo que es cada vez más profundo. Voces van y
vienen, pero casi ninguna de ellas es alentadora. Excepto las de quienes no nos
permiten darnos por vencidos.
¿Cómo creer en uno mismo cuando
la esperanza se ha perdido en el horizonte? ¿Cuándo nos damos cuenta de qué
hemos fallado, aún después de tanto empeño? Solo quienes son dignos de llamarse
amigos, se encargan de tener fe en ti cuando hasta tú la has perdido por
completo.
Si alguna vez te sucede,
considerate afortunado y ten en cuenta que no siempre existen las segundas
oportunidades. En cuanto alguien te extiende su mano para que puedas
levantarte, tienes que intentarlo con todas tus fuerzas. Con todo tu empeño.
Porque es probable que puedas lograrlo, aún cuando no te creas capaz.
Antes de conocerte
No recuerdo en que momento fue
que pase a llamarte mi mejor amigo. Ha transcurrido tanto tiempo que creo que
me será imposible encontrar esa memoria. Creo que me acostumbre desde una edad
temprana a considerarte de esa forma, aunque lo cierto es que tengo muy
presentes todas esas ocasiones en que con hechos me lo demostraste. No pienso
muy a menudo en si merezco tu atención o no, pero cuando lo hago caigo en la
cuenta de que tengo mucha suerte.
Si el día de mañana tuvieramos
que andar por caminos diferentes, no entiendo cual sería la manera más
apropiada de seguir, porque has sido mi apoyo más importante. Creo que nunca
sería capaz de andar sin tu valiosa ayuda a mi lado.
No sé lo que tiene el futuro
para nosotros, solo espero que nos permita averiguarlo juntos. Y que si por
alguna razón nos toca descubrirlo con distancia de por medio, está no sea lo
suficientemente fuerte como para hacer que nos olvidemos el uno del otro. Porque
siento que desde hoy, estás en mi mente y en mi corazón.
A pesar de las circunstancias
¿Qué se puede hacer cuando
sientes que has fallado? Los seres humanos podemos ser débiles. Y es doloroso
cuando estás consciente de que no hiciste lo mejor que pudiste, por el bien de
un amigo. Es difícil y sobretodo, te hace sentir mal contigo mismo. Los errores
pueden repararse pero no siempre es posible restablecer la confianza. ¿Y qué
sucede cuándo te das cuenta de ello?
Pudimos haberlo hecho mejor. Es
una afirmación que a muchos suele acompañarnos en varias circunstancias de
nuestra vida. Pero bien dicen que lo hecho, hecho está. Y solo la amistad
verdadera sabe perdonar las equivocaciones sin guardar rencor, dándolo todo de
sí sin esperar nada a cambio. Y de hecho, esto último suele ocurrir.
Muy tarde nos damos cuenta de
lo que tenemos y cuan afortunados somos. Porque si alguien se mantiene
incondicional, a pesar de las circunstancias que te rodean y que te empujaron a
decisiones negativas; entonces puedes decir que lo tienes todo en el mundo.
Linda Bahia de Baiona
Yo, por experiencia os puedo
decir…,cuando por mi parte he vivido una amistad verdadera, al menos eso lo creía, y me he dado cuenta
de las cicatrices que te puede dejar, me he convencido de que solo Cristo no traiciona nunca.
Pero a pesar de todo...la puerta siempre la tengo abierta, porque tengo claro que en esta vida todo puede recomenzar. Porque así también es Dios, que nos lo enseña con su Misericordia, y nos da siempre la posibilidad de recomenzar. Franja.
¿Te han gustado las reflexiones
del día de hoy? Déjanos un comentario para conocer tu opinión y no olvides, que
en Amorteca siempre tendremos material nuevo y emotivo para compartir contigo y
tus seres queridos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario