Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
DE LA MANO DE MARÍA
Por
Javier Leoz
1.- María, Santa María Madre de Dios, es puesta en este primer
día de este año recién estrenado, como garantía y como protectora de estos 365
días. Teniendo, tan buen pórtico, no podemos encarar los primeros metros de
este año con un pensamiento pesimista o arrastrando los errores de los meses
pasados.
Santa María, Madre de Dios, nos acompaña en este itinerario, en
este día en el que todos, con la copa en mano, brindamos por un mundo nuevo,
por una familia mejor, por unos amigos que no defrauden, por una Iglesia más
santa y buena.
Pero ¿son sólo deseos? ¿Estarán estos sentimientos fuertemente
anclados a nuestro deber de cristianos o solamente sostenidos por la burbuja
efímera de una noche?
2.- Santa María, Madre de Dios, nos ayuda y nos invita a
comenzar con buen pie este Año Nuevo. Y, si es Año Nuevo, hay que arrancar
también las 12 páginas que hemos ido pasando en estos meses anteriores:
-Dejemos atrás la página de la tristeza. Estamos llamados,
contemplando el rostro de Jesús, a disfrutar de la vida. Un disfrute que será
bueno y eterno si lo hacemos con la ayuda de nuestra fe. Dios ha venido como
Señor de la alegría.
-Dejemos atrás la página del odio. Todos, en algún momento,
hemos levantado el hacha de guerra en diversas circunstancias y por variados motivos.
La Reina de la Paz, la Virgen María, nos recuerda que como cristianos hemos de
ser hacedores de paz y no guerrilleros.
-Dejemos atrás la página del rencor. No es bueno atesorar malos
momentos, malas experiencias. Recordemos lo bueno y lo potenciemos. Olvidemos
lo malo y entremos sin reservas en este Año Nuevo
-Dejemos atrás la página de la duda. Un mundo sin fe se queda en
nada. Agarrémonos a Dios. Creer y esperar sólo en el hombre, en el progreso, en
la ciencia, no nos asegura nada ni facilita mucho las cosas.
-Dejemos atrás la página de la superficialidad. Seamos más
profundos. Si Dios dejó el cielo por estar con el hombre, por hacerse hombre.
¿Cómo no vamos, en contraprestación, a dejar nuestros pequeños paraísos para
conocerle más y mejor?
-Dejemos la página de la cobardía. Un cristiano que no da
testimonio es como una chimenea que adorna una casa pero por la cual, al no
salir nunca humo, denota que existe poco calor y escaso fuego en su interior.
Es hora de desprendernos de la concha de la vergüenza apostólica. Ser cristiano
significa comprometerse con la fe, con Cristo los 12 meses venideros.
-Dejemos atrás la página de nuestros defectos. No es suficiente
ser conscientes de ellos; no nos podemos amparar en el “somos humanos y todos
erramos”. Un nuevo año es una nueva oportunidad que Dios nos da para escribir
de nuevo una historia de esperanza, de amor, de ilusión y de alegría con la
pluma de nuestra fe.
-Dejemos atrás la página de la ingratitud. Seamos más
agradecidos. Reconozcamos, a los que nos rodean o trabajan con nosotros, los
pequeños detalles que nos brindan cada día.
-Dejemos atrás la página de la violencia. Que nuestras palabras
sean más agradables; que nuestras actitudes sean más constructivas; que nuestra
crítica sea más objetiva y menos interesada. Que el terrorismo sea pronto un
punto negro, pero en nuestra memoria.
Muchas más páginas podríamos dejar atrás de lo que ha sido el
viejo año y, por lo tanto, nos sirvan para mejorar en el presente 2018 que
iniciamos.
3.- Que Santa María Madre de Dios, la mujer que lo tuvo todo,
nos ayude a entender que, con Dios, podremos tenerlo TODO en el presente año
que ahora inauguramos.
Sin Dios el hombre corre el riesgo de meterse en un
túnel sin tiempo ni salida. Con Dios, y con la gracia y belleza de María,
podemos encarar estos próximos meses no solamente con buenos deseos (que pueden
ser un esperar sin fundamento alguno) y sí con el convencimiento de que Dios
nos acompaña en la medida que somos capaces de luchar y de trabajar por la paz,
la fraternidad y la felicidad en el mundo que nos toca vivir.
Un Año Nuevo, como portal
sostenido por 365 vigas,
nos espera para vivir junto
a Dios
y para, después de Navidad,
no olvidarle
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
Un calendario, con 365 días
virginales,
aguardan el color de nuestra
esperanza
la profundidad de nuestra fe
la riqueza de nuestras
buenas obras
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
Para que, la PAZ que nos ha
brindado la Navidad
no se apague con el cañón de
la violencia
ni se marchite la esperanza
que el hombre abriga
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
Que los 12 meses que nos
saludan
sean oportunidades para ser
mejores
Piedras para construir un
nuevo mundo
Palabras que alienten al
hombre
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
Dejemos atrás sinsabores y
fracasos
Apartemos a un lado lo que
nos impide
vivir de nuevo y con aire
fresco
Dejemos atrás el “ya no
puedo más”
Dios, entre otras cosas,
nos da la fuerza que viene
de lo alto
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
Atrás quedó lo viejo y nos
espera lo nuevo
Atrás quedaron asignaturas
pendientes
pero Dios nos da otra
oportunidad
para amar y entregarnos,
para levantarnos y ser más
hermanos
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
El Señor, con su Nacimiento,
ya está alumbrando con 12
lámparas
cada mes de este Año Nuevo
El Espíritu, con su brisa
suave
nos infundirá 365 soplos de
aliento divino.
La Virgen María, Madre de
Dios y nuestra,
marchará delante de
nosotros, sus hijos e hijas,
ayudándonos a vivir
dignamente
cada hora y cada segundo, cada
día y cada instante
de este Año Nuevo que ahora
se inicia
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS! LA
VIDA Y LA FE NOS ESPERA
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