Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Carta
de tu enemigo Satanás...El demonio
Reflexiones
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Querido/a y deseado/a,
Te
observé ayer cuando comenzabas tus tareas diarias. Me fijé, y en todo el día no
hablaste con Dios ni siquiera un momento. De hecho, ni te acordaste de bendecir
tus alimentos. Veo que eres muy desagradecido con tu Dios y eso me encanta.
También
me gusta tu falta de disposición y las pocas ganas que demuestras en todo lo
que se refiere a tu crecimiento cristiano.
Rara
vez lees la Biblia y cuando lo haces, estás tan cansado…
Oras
muy poco y casi siempre recitas palabras que no meditas.
Siempre
tienes alguna excusa cuando llegas tarde o faltas a las reuniones de formación.
¡Y
cuanta razón tienes al quejarte de la evangelización o del diezmo!
Todo
eso es muy útil para mí. No puedo describir cuánto me alegra que en todo este
tiempo en el que estás siguiendo a tu Dios, no hayas cambiado tu manera de
com¬portarte.
Tantos
y tantos años y sigues como al prin¬cipio; crees que no hay nada que cambiar.
Me encantas.
Recuerda
que tú y yo hemos pasado muchos años juntos. Por eso quiero que sepas que aún
te detesto, es más: te odio porque odio a tu Padre. En realidad solamente te
estoy usando para molestarlo. Él me echó del cielo y yo voy a utilizarte
mientras pueda para vengarme de Él.
Mira,
ignorante: Dios te ama y tiene gran¬des planes preparados para ti, pero tú eres
tan idiota que me has cedido tu existencia y yo te aseguro que voy a conseguir
que vivas un verdadero infierno en vida.
Voy a compartirte con Él y esto
realmente le va a doler a tu Dios.
Gracias a tu cooperación voy a mostrarle
quién es el que gobierna realmente tu vida.
Déjame
decirte que cuando te diviertes sanamente me desilusionas, pero no hay
problema; siempre habrá otra oportunidad.
Hay veces que me haces servicios
increíbles: cuando das malos ejemplos a los niños o cuando les ayudas a que pierdan
su inocencia, por medio de la televisión o cosas por el estilo.
Son tan
perceptivos que fácilmente imitan lo que ven. Te lo agradez¬co mucho.
Lo
que más me gusta de ti, es que rara vez tengo que tentarte. Casi siempre caes
por tu cuenta. Tú buscas los momentos propicios, tú te expones a situaciones
peligrosas, tú buscas mis ambientes. Si tuvieras algo dentro de tu cabeza
cambiarías de ambiente y compañías y le entregarías realmente tu vida al que
dices lla¬mar "tu Dios", viviendo el resto de tus años bajo la guía
del Espíritu Santo.
Mira,
reconozco que no acostumbro enviar este tipo de men¬sajes, pero eres tan
conformista espiritualmente que no creo que vayas a cambiar.
No
me malentiendas: todavía te odio y no me interesas en lo mas mínimo. Si te escribo
es porque me agrada cómo te comportas y pones en ridículo a Jesús.
Tu
enemigo que te odia,
Satanás o como me quieras llamar
P/D:
Si realmente me amas no muestres esta carta a nadie.
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