Jesús dice estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. "ESTAD EN VELA" (Mt 24, 42-51)

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Jesús  Mateo, sacerdote de Valladolid me  envía el  del Evangelio de cada día,  y yo con gran placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de oración.

P. Javier Olivares.

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31 de agosto, jueves 2023

Jesús dice estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.  "ESTAD EN VELA" (Mt 24, 42-51)

Cada día me enamora más la persona de Jesucristo. Cuánto más leo y medito el Evangelio más me cautiva su Santísima Humanidad. En el Evangelio de hoy nos dice: "estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre".

El Señor nos avisa: ¡Estad preparados! ¡Estad vigilantes, cada día, como si fuera el último de vuestra vida! Dios no ha querido revelarnos ni el día ni la hora de nuestra muerte. Lo que nos ha aconsejado es que vivamos de tal forma que, cuando llegue, nos encuentre en "vela", en  "gracia de Dios".

En esta vida nos jugamos la Vida Eterna, la felicidad eterna, para siempre, para siempre. Con el sentido común del pueblo cristiano decimos: "Aquel que se salva sabe y el que no, no sabe nada. Y en la misma línea leemos en Camino: "Todo eso que te preocupa de momento, importa más o menos. Lo que importa absolutamente es que seas feliz, que te salves"

Hemos nacido para amar a Dios, para salvarnos y ser felices eternamente. Nuestra felicidad está en el Señor. Es absurdo buscar la felicidad fuera de Dios. Jamás la encontraremos ni en  el pecado ni en la vida tibia y estéril. Evitemos el pecado. Confesemos nuestros pecados. Vivamos en gracia de Dios.

Y nadie tenemos asegurado el Cielo. Con el poeta decimos que es posible   condenarnos. "¿Posible?" ¿Y río y duermo y quiero holgarme? ¿Posible? ¿Y tengo amor a lo visible? Pero ¿Qué hago? ¿En qué me ocupo? ¿En qué me encanto? Loco debo de ser, pues no soy santo". De verdad que somos locos si no amamos a Dios. Junto a Dios somos felices en esta vida y también lo seremos en la otra.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.

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