Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid
me envía el Comentario del Evangelio de cada día, y yo con
gran placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas
entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de oración.
P. Javier Olivares.
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23 de septiembre, sábado 2023
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"SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR SU SEMILLA". San Marcos (4, 1-20 )
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La parábola del sembrador es una de las más
bellas. Salió el sembrador a sembrar su semilla. En tiempos de Jesucristo
sembraban a voleo. Era todo un arte. El sembrador, en su lado izquierdo, junto
al hombro, llevaba un pequeño costal y con la mano derecha cogía la
semilla y la sembraba sobre la tierra. Al sembrarla, algo cayó al borde del
camino, lo pisaron, y los pájaros del cielo se lo comieron.
Dice el Señor que la semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. ¿Somos tú y yo esa clase al borde del camino? Dios quiera que no. Sería muy triste.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, y
después de brotar, se secó por falta de humedad. Estas personas son aquellas
que, al oír, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que
por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Ojalá que tú y
yo no seamos de terreno pedregoso porque tampoco daríamos fruto.
En tercer lugar la semilla que cayó entre abrojos, y los abrojos, creciendo al mismo tiempo, la ahogaron. Tampoco esta semilla dio fruto. Son los que han oído, pero, dejándose llevar por los afanes, riquezas y placeres de la vida, se quedan sofocados y no llegan a dar fruto maduro. ¿Nos parecemos tú y yo a estos terceros? Sería una pena.
Y otra parte de la semilla cayó en tierra buena y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno. Estos son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con abundancia.
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Me pregunto y te pregunto: ¿Qué clase de tierra somos tú y yo? Debemos examinarnos con sinceridad. Por la misericordia de Dios, somos tierra buena. El Señor se ha volcado con nosotros. ¿Estamos dando fruto abundante?
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que el Señor nos bendiga y nos
guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.
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