Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid
me el Comentario del Evangelio de cada día, y yo con gran
envía placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas
entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de
oración.
P.
Javier Olivares.
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14 de septiembre, jueves 2023
"TANTO
AMÓ DIOS AL MUNDO QUE ENTREGÓ A SU UNIGÉNITO" (Jn 3, 13-17)
Cuentan que a San Agustín, una de las personas más sabias del mundo, intentando comprender la inmensidad de Dios, se le apareció un Ángel, en forma de un niño que intentaba meter la grandiosidad del mar en un cubo pequeño. El Santo le dijo: imposible niño. A lo que el Ángel le contestó: Imposible más aún es que tú puedas comprender a Dios.
¿Podemos entender y comprender el amor de Dios que tanto amó a los hombres que entregó a su Unigénito? Me parece un sueño, sí, un sueño hecho realidad. Me gusta imaginarme los sueños de Dios. Dios Padre soñó con entregarnos a su Hijo para salvarnos del pecado y redimirnos y abrirnos las puertas del Cielo Dios Hijo soñó con hacerse hombre y dar la vida por los hombres, por ti y por mí, muriendo en la Cruz. ¿Cabe más locura? Es una locura de Amor.
Desde
que Jesucristo murió en la Cruz, ésta es el distintivo de los cristianos. La
Cruz es un misterio de Amor, un sueño de amor. La Cruz se presenta en nuestra
vida de muy diversas maneras: enfermedad, pandemia, pobreza, cansancio, dolor
calumnias, soledad, muerte. Nos podemos preguntar: ¿Cómo llevamos la cruz, mi
cruz?
Hoy, en estos momentos, estoy afectado. Esta mañana me visitaron unos antiguos feligreses. La madre no podía contener las lágrimas, era un mar de lágrimas. El padre lloraba con intensidad por dentro. Su hijo, a quien yo había bautizado y había dado la Primera Comunión y había sido mi monaguillo había muerto, a los treinta y seis años al desplomarse el balcón de un sexto piso. Qué sufrimiento el de esos padres. ¡Qué cruz! Creo que en esta vida no hay dolor semejante a este dolor.
¿Dónde encontrar paz? En la Cruz; en la Santa Misa donde se renueva el sacrificio del Calvario. Me encargaron una Misa por su eterno descanso que celebraré "con todo mi corazón sacerdotal" el lunes a las siete de la tarde. Señor, ¿por qué permites este dolor?
He
cogido en estos momentos el Crucifijo que siempre llevo conmigo, lo he mirado y
lo he besado sin entender ni comprender, como San Agustín, el Amor infinito de
Dios por ti y por mí y por este antiguo monaguillo y por sus padres. He mirado
a la Virgen de las Angustias llena de dolor y de sufrimiento y le he pedido que
me ayude, que nos ayude a amar la Cruz de cada día.
Jesús
Mateo. Sacerdote
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Que el Señor nos bendiga y nos
guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.
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