Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda
diariamente un lindo comentario del
Evangelio, que vale la pena meditarlo y compartirlo, además de con los
sacerdotes, también con los seglares que lo soliciten.
Lo pongo también todos los días en uno de mis Blogs. Franja.
27 de Febrero, Jueves, de 2020.
Comentario: "SI ALGUNO QUIERE VENIR EN POS DE MÍ, QUE SE
NIEGUE A SÍ MISM.O, TOME SU CRUZ DE CADA
DÍA Y ME SIGA" (Lc 9, 22-25).
Ayer, al comenzar la Cuaresma
hacíamos el propósito de cuidar la oración.
Hoy, segundo día de Cuaresma, nos vamos a proponer "tomar
la cruz de cada día", como nos indica el Evangelio:
"Dijo Jesús a sus discípulos: El Hijo del hombre tiene que
padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser
ejecutado y resucitar al tercer día. Entonces decía a todos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga.
Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí
causa la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se
arruina a sí mismo"?
El Señor nos habla de la "Cruz de cada día".
Y la hemos de llevar con "alegría", con garbo humano, con elegancia, con buena
cara, sin que nadie lo note.
Cuando se vive así, la cruz, el sacrificio, lleva siempre
consigo la alegría en medio de la contradicción; el gozo de cumplir la voluntad
de Dios, de amarle con esfuerzo.
Y, además, resulta que la cruz no es imposible de llevar, porque
Cristo mismo nos ayuda.
Es cierto que quien se abandona en manos de Dios puede
"saborear" el dolor, la soledad, las contradicciones, las
difamaciones, las incomprensiones y las calumnias.
Pero el Señor, siempre nos dará la gracia y las fuerzas
necesarias para llevar bien esa cruz y nos llenará de frutos inimaginables.
La cruz de cada día la encontraremos, lo normal, en pequeñas
contrariedades que no esperábamos; un imprevisto que no contábamos; planes que tenemos que cambiar a última hora;
el carácter difícil de una persona con la que tenemos que convivir;
instrumentos de trabajo que se estropean cuando más necesario eran; una leve
enfermedad que nos disminuye la capacidad de trabajo en ese día...
Todo esto, ofrecido a Dios, sin quejarnos, el Señor lo bendice,
y premia al alma con una gran paz y con un gran gozo interior.
Por otro lado hemos de mortificarnos, no sólo por amor de Dios
sino también por amor a los que nos
rodean.
En ese sentido cuidaremos la puntualidad, el orden, la alegría,
el buen humor, la amabilidad...
Que la Virgen nos ayude a llevar la Cruz de cada día.
Jesús Mateo. Sacerdote
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen
no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja
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