Hoy te pasaré el comentario de Evangelii.net
Me falló el habitual y acudo a otro que todos los días me llega
y que tengo en la reserva.
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«Esta
generación es una generación malvada; pide una señal»
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)
Hoy, la voz dulce —pero severa— de Cristo pone en guardia a los que están convencidos de tener ya el “billete” para el Paraíso solamente porque dicen: «¡Jesús, qué bello que eres!».
Cristo ha pagado el precio de nuestra salvación sin excluir a nadie, pero hay que observar unas condiciones básicas. Y, entre otras, está la de no pretender que Cristo lo haga todo y nosotros nada. Esto sería no solamente necedad, sino malvada soberbia. Por esto, el Señor hoy usa la palabra “malvada”:
«Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás» (Lc 11,29).
Le da el nombre de “malvada” porque pone la condición de ver antes milagros
espectaculares para dar después su eventual y condescendiente adhesión.
Ni ante sus paisanos de Nazaret accedió, porque —¡exigentes!— pretendían que Jesús signara su misión de profeta y Mesías mediante maravillosos prodigios, que ellos querrían saborear como espectadores sentados desde la butaca de un cine.
Pero eso no puede ser: el Señor ofrece la salvación, pero sólo a aquel que se sujeta a Él mediante una obediencia que nace de la fe, que espera y calla. Dios pretende esa fe antecedente (que en nuestro interior Él mismo ha puesto como una semilla de gracia).
Un testigo en contra de los creyentes que mantienen una caricatura de la fe será la reina del Mediodía, que se desplazó desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y resulta que «aquí hay algo más que Salomón» (Lc 11,31).Dice un proverbio que «no hay peor sordo que quien no quiere oír».
Cristo, condenado a muerte, resucitará a los tres días: a quien le reconozca, le propone la salvación, mientras que para los otros —regresando como Juez— no quedará ya nada qué hacer, sino oír la condenación por obstinada incredulidad.
Aceptémosle con fe y amor adelantados. Le reconoceremos y nos
reconocerá como suyos. Decía el Siervo de Dios Don Alberione: «Dios no gasta la
luz: enciende las lamparillas en la medida en que hagan falta, pero siempre en
tiempo oportuno».
«Esta generación es una generación malvada;
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)
Javier Olivares.
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Fin del comentario
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P. Javier Olivares.
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15 de octubre, sábado 2023
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