Lleguemos a la otra vida con las manos llenas de buenas obras. "SEAMOS RICOS ANTE DIOS" (Lc 12, 13-21).

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Jesús  Mateo, sacerdote de Valladolid me  envía el  Comentario del Evangelio de cada día,  y yo con gran placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de oración.

P. Javier Olivares.

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23 de octubre, lunes 2023

Lleguemos a la otra vida con las manos llenas de buenas obras.   "SEAMOS RICOS ANTE DIOS" (Lc 12, 13-21).

He conocido unos cuantos Papas. Si no recuerdo mal son siete. Cada uno de ellos ha tenido un carisma especial. A todos he admirado y todos me han parecido santos.

Hoy quiero recordar al Papa de la sonrisa, al beato Juan Pablo I. Su pontificado duró solamente 33  días. Un Papa sencillo, alegre, cercano; un santo. Siendo Cardenal escribió Ilustrísimos Señores. A modo de cuento comenta la comparecencia y la preocupación de un señor ante el Tribunal de Dios ya que al hacer balance de su vida vio que más bien era deficitario.

Como había cola se puso a observar y a escuchar. Vio a Jesucristo con un gran fichero y le dijo al primero: "Veo que tuve hambre y me diste de comer". Muy bien. Entra en el Paraíso. Al siguiente: "Tuve sed y me diste de beber". Entra en el Paraíso. A un tercero: "Estuve preso y me visitaste". Entra en el Paraiso. Y así sucesivamente.

Su sorpresa fue enorme cuando Jesucristo levanta la vista y le dice: "No hay mucho escrito. Sin embargo, también tú hiciste algo: "Estaba triste y decaído y tú viniste y contaste unos cuantos chistes que me hicieron reír y me devolvieron el ánimo". ¡Al Paraíso!

Espero que tú y yo hagamos algo más que contar chistes. No obstante, qué suerte que todo lo que hagamos sea meritorio a los ojos de Dios si lo hacemos en su honor. No hay cosas pequeñas ni ordinarias. Todas son extraordinarias si lo hacemos por amor a Dios. Es una gracia de Dios vivir la unidad de vida.

Sí, seamos ricos ante Dios. Lleguemos a la otra vida con las manos llenas de buenas obras. No nos parezcamos al rico del Evangelio de hoy. El Señor le llama necio porque su única preocupación era ser rico material. Al morir todo lo tuvo que dejar: las naves, los graneros, el trigo, todos sus bienes. Se fue pobre a la otra vida. No pudo llevar nada material. Lo tuvo que dejar todo aquí. Luchemos por ser ricos ante Dios. Sólo nos acompañarán nuestras buenas obras.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.

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