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jueves, 16 de diciembre de 2010

L A S A N T Í F O N A S O

La corona de nuestra Madre
Las Antífonas O.
 Esperanza del cristianos
 ante la venida inminente  del Salvador
Para calmar el la impaciencia de nuestro espíritu, la Iglesia ha establecido la fiesta de la
 Expectación del parto 
o la espera del divino alumbramiento. 
Esta fiesta fijada en el 16 de diciembre, continúa hasta Navidad. Desde el día precedente la Iglesia canta en las Vísperas las grandes antífonas. Se llaman vulgarmente antífonas de la O, o las O de Navidad, porque principian con esta invocación. Imposible es tener fe y no entrar al recitarlas en los sentimientos que expresan, y unirse a los suspiros y gemidos de los Patriarcas. Estas antífonas expresan por su variedad las diferentes cualidades del Mesías y las diversas necesidades del linaje humano.

L A S   A N T Í F O N A S   «O»
Las antífonas de la O son siete, y la Iglesia las canta con el Magnificat del Oficio de Vísperas desde el día 17 hasta el día 23 de diciembre. Son un llamamiento al Mesías recordando las ansias con que era esperado por todos los pueblos antes de su venida, y, también son, una manifestación del sentimiento con que todos los años, de nuevo, le espera la Iglesia en los días que preceden a la gran solemnidad del Nacimiento del Salvador.
Se llaman así porque todas empiezan en latín con la exclamación «O», en castellano «Oh». También se llaman «antífonas mayores».
Fueron compuestas hacia los siglos VII-VIII, y se puede decir que son un magnífico compendio de la cristología más antigua de la Iglesia, y a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidad, tanto del Israel del A.T. como de la Iglesia del N.T.
Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. La admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre: «Oh». La comprensión cada vez más profunda de su misterio. Y la súplica urgente: «ven»
Cada antífona empieza por una exclamación, «Oh», seguida de un título mesiánico tomado del A.T., pero entendido con la plenitud del N.T. Es una aclamación a Jesús el Mesías, reconociendo todo lo que representa para nosotros. Y termina siempre con una súplica: «ven» y no tardes más.
Puedes hacer clic
 en cada uno de los enlaces 
de las antífonas,
 para rezarlas y meditarlas:

Leídas en sentido inverso las iniciales latinas de la primera palabra después de la «O», dan el acróstico «ero cras», que significa «seré mañana, vendré mañana», que es como la respuesta del Mesías a la súplica de sus fieles.
Se cantan -con la hermosa melodía gregoriana o en alguna de las versiones en las lenguas modernas- antes y después del Magnificat en las Vísperas de estos siete días, del 17 al 23 de diciembre, y también, un tanto resumidas, como versículo del aleluya antes del evangelio de la Misa.
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 1
Adviento y Navidad día tras día
Barcelona 1995, pág. 70 s.

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