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¿También ustedes quieren marcharse? Pascua
Juan 6, 60-69. Pascua. La felicidad que Cristo nos ofrece es
tan luminosa y clara que mucha gente no la ve.
Por: José Noé Patiño | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Juan 6, 60-69
En aquel tiempo muchos discípulos de Jesús al oírle, dijeron:
Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo? Pero sabiendo Jesús en su
interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ¿Esto os
escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?...
El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os
he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen.
Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién
era el que lo iba a entregar. Y decía: Por esto os he dicho que nadie puede
venir a mí si no se lo concede el Padre. Desde entonces muchos de sus
discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los
Doce: ¿También vosotros queréis marcharos? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos
que tú eres el Santo de Dios.
Oración introductoria
Dios mío, no quiero ser de los que traicionan, porque ¿a
quién iría? Sólo Tú me puedes dar la luz y fuerza que necesito para dejar mi
autosuficiencia y mi egoísmo. Creo, espero y te amo, permite que pueda tener un
encuentro contigo en esta oración.
Petición
Dios mío, no permitas que las preocupaciones del mundo me
distraigan en mi oración.
Meditación del Papa Francisco
A veces, se escucha sobre la santa misa esta objeción: “¿Para
qué sirve la misa? Yo voy a la iglesia cuando me apetece, y rezo mejor en
soledad”. Pero la eucaristía no es una oración privada o una bonita experiencia
espiritual, no es una simple conmemoración de lo que Jesús hizo en la Última
Cena. Nosotros decimos, para entender bien, que la eucaristía es “memorial”, o
sea, un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y
resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo donado por nosotros, el
vino es realmente su Sangre derramada por nosotros.
La eucaristía es Jesús mismo que se dona por entero a
nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo
hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y a los
hermanos. (Ángelus de S.S. Francisco, 16 de agosto de 2015).
Reflexión
Hay que desconfiar de los que venden la felicidad a bajo
precio, como sospechamos cuando en el mercado nos brindan la fruta o el pescado
casi regalados, seguros de que están podridos o rancios. Ninguna felicidad
verdadera es barata.
La felicidad que Cristo nos ofrece es tan luminosa y clara
que mucha gente no la ve. Muchos la confunden con estrellas del antojo e ilusiones
superficiales y endebles. Pero, claro, cuando a veces esta felicidad verdadera
se oculta, se acobardan, se alejan, se amedrentan y como muchos de los
discípulos no admiten y ven como inadmisibles las palabras de Jesús.
¿Por qué? Porque eran unos discípulos que buscaban la
felicidad barata de los milagros, de los panes y peces gratis, que buscaban y
estaban con Jesús mientras no se presentaba ninguna cuesta arriba.
Todas las aventuras con Cristo son calvarios, cuestan. Pero
el que se embarque con Él será verdaderamente feliz aunque no vivirá
despreocupado y comodón. Habrá cosas que ignorará y no comprenderá, pero quien
persevera hasta el final se salvará. Será verdadera y eternamente feliz.
Propósito
Delicadeza y alegría para darle todo a Dios, y dárselo en el
amor.
Diálogo con Cristo
Jesús mío, quiero seguirte día a día y servirte en los demás.
No quiero marcharme ni quedarme atrás, quiero caminar al paso que necesita la
Iglesia. Cumplir con mis deberes de estado y con mi apostolado de extender tu
Reino por medio de la caridad. Por eso te doy gracias por este momento de
oración que puede transformar mis deseos en una hermosa realidad.
Hospitalidad Católica te ofrece un servicio fraterno de
acompañamiento en torno a la Palabra de Dios, que te ayudará a mirar, enfrentar
y sobrellevar aquello que estás viviendo a la luz del Evangelio, que es la LUZ
y te permitirá mirar tu situación de una manera nueva, para que encuentres la
fortaleza, el gozo, el consuelo y la paz que sólo Dios podrá darte. Consultalos
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