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El Carpintero 1 y el...c. 2
Un día el carpintero estaba cortando una rama de un árbol cerca
de un río y su hacha se le cayó al río. El infeliz carpintero le rogó a Dios.
Dios se le apareció y le preguntó:
-¿Por qué estás llorando?
-Mi hacha se le ha caído al río.
-¿Es ésta tu hacha?
-No. -Le respondió el noble carpintero. Dios se metió de nuevo
al río y sacó un hacha de plata:
-¿Y ésta, es la tuya?
-No. -volvió a decir el carpintero- Esa no es.
Dios volvió al río, sacó un hacha de madera y preguntó:
-¿Es ésta tu hacha?
-Sí - repondió por fin el carpintero, contento- Esa es.
Dios estaba tan contento con la sinceridad del carpintero que le
dejó las tres hachas y mandó al carpintero a su casa.
Un día en el campo
paseaban el carpintero y su esposa. Su esposa tropezó y cayó al río. El infeliz
carpintero le rogó a Dios. Dios se le apareció y le preguntó:
-¿Por qué estás llorando?
-Mi esposa se ha caído al río. -respondió el carpintero.
Dios se metió en el río, sacó a Gabriela y preguntó:
- ¿Es ésta tu esposa?
-¡Sí, sí! -contestó el carpintero.
Dios se disgustó.
-¡Eres un mentiroso, un rufián!
-¡Oh, Dios; perdóname! -contestó el carpintero- Ha sido un
malentendido. Pues si digo que no es Gabriela, despues tú me sacarías a Sofía Loren. Después si digo que no es ella, por último sacarías a mi esposa y diría
que sí, es ella. Y entonces Tú me dejarías con las tres. Dios, yo soy un humilde
carpintero y no podría mantenerlas a las tres. Sólo por eso, dije sí la primera
vez.
La moraleja de la historia es que los hombres sólo mentimos por
causas honorables y con buenas intenciones!.
Autor desconocido
¿Te ha hecho gracia, verdad? Porque en el hombre...se justifica!, dice el cuento.
¿Pero has pensado en una mujer, que se le cayese el marido en el agua y el Señor le sacase tres maridos?. Mejor es que no lo pienses, porque llegaríamos a muchas conclusiones.
Así os quedáis con las ganas de saberlo, a menos que nos lo contéis vosotras. Franja.
Otro carpintero.
Un carpintero ya entrado en años estaba listo para retirarse. Le
dijo a su jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar
una vida más placentera con su esposa y disfrutar de su familia. Él iba a
extrañar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse. Ellos superarían esta
etapa de alguna manera.
El jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y le
pidió que si podría construir una sola casa más, como un favor personal. El
carpintero accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón
en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era
deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su carrera.
Cuando el carpintero terminó su trabajo y su jefe fue a
inspeccionar la casa, el jefe le extendió al carpintero, las llaves de la
puerta principal
“Esta es tu casa,” – dijo, “es mi regalo para ti.”
Qué tragedia! Qué pena! Si solamente el carpintero hubiera
sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera
totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa que construyó “no muy
bien” que digamos!
Construimos nuestras vidas de manera distraída, sobrellevando
las cosas cuando deberíamos actuar, y no haciendo siempre nuestro mejor
esfuerzo. Entonces con pena vemos la situación que hemos creado y encontramos
que estamos viviendo en la casa que hemos construido.
Si lo hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente.
Pensemos como si fuéramos el carpintero. Pensemos en nuestra
casa. Cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo.
Construyamos con sabiduría. Es la única vida que podremos construir. Inclusive
si sólo la vivimos por un día más, ese día merece ser vivido con gracia y
dignidad.
“La Vida Es Un Proyecto de Hágalo-Usted-Mismo”. Quién podría
decirlo más claramente?
Nuestra vida ahora, es el resultado de nuestras actitudes y
elecciones del pasado. Nuestra vida mañana será el resultado de nuestras
actitudes y elecciones hechas hoy! Autor
desconocido
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