Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
1ª
Fabula China
Fabula China
Se cuenta que allá
para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del
país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía
casarse. Sabiendo esto, decidió hacer una competencia entre las muchachas de la
corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe
anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y
lanzaría un desafío.
Una anciana que
servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los
preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un
sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los
hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin
poder creerlo le preguntó:
¿Hija mía, que vas
a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí.
Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no
hagas que el sufrimiento se vuelva locura
Y la hija
respondió: No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé
que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por
algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz.
Por la noche la
joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las
más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas
intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: Daré a cada
una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de
seis meses será escogida por mí, esposa futura, emperatriz de China.
La propuesta del
príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad
de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la
dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería,
cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la
belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el
resultado.
Pasaron tres meses
y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había
nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo.
Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo
y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las
circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo
para estar cerca del príncipe por unos momentos.
En la hora señalada
estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor,
cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella
estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.
Finalmente, llegó
el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con
mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su
resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.
Todos
los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él
había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con
calma el príncipe explicó:
Esta fue la única que
cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la
honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles
MORALEJA ADAPTADA
La confianza y la
honestidad son dos caras de la misma moneda y dos de las virtudes necesarias
para construir un mundo mejor. Honestidad y sinceridad en nuestros actos
cotidianos y confianza en lo que esperamos de los demás porque también actúan
con los mismos principios.
El Sistema no ha
funcionado así hasta ahora porque en el
modelo social del “todo vale” ha imperado un ambiente de mentiras,
desconfianza, corrupción y falta de honradez, con los demás y realmente con uno
mismo, en el que esta crisis y sus rostros son buenos ejemplos.
Pero los tiempos
cambian: MBA con asignaturas de valores, Banca Ética, prestamos entre
particulares, gremios con leyenda negra de picaresca que funcionan con
honradez, grandes gestas de generosidad
y solidaridad entre las personas de a pie, ayuda mano a mano, trueque
sincero, …
La honestidad es la
mejor semilla que como civilización podemos cultivar y que no exige arduos
esfuerzos, simplemente dejar que aflore lo mejor que todos llevamos dentro, y
este relato ambientado en la China antigua explica muy bien cuál es la más
bella flor…
http://www.elblogalternativo.com/2010/02/04/
cuento-sobre-la-flor-de-la-honestidad/
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