Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Y yo pensaba que el P. Artemio no me había escrito
desde hacía más de un mes
y tenía su carta traspapelada.
Ahora la pongo en directo. Ya la pasaré a su lugar.
Imágen de archivo
Artemio P. Vítores 22/07/2014
Para: Francisco Javier olivares
Chao
Querido Francisco Javier: ¡El
Señor te de Su Paz!
Gracias por tus palabras de ánimo
y por tus oraciones. De nuevo nos encontramos en otra situación de no paz. No
sé si habrá que catalogarla como guerra, pero todo parece que sí. Así que, en
mis casi 44 años de presencia en Tierra Santa ésta sería ya la octava, a las
que hay que añadir las dos intifadas. ¡Absurdo! Lo que más me preocupa es la
situación en la región. El otro día volaron una iglesia nuestra en Siria y
todos conocemos las noticias de Iraq, en donde los musulmanes radicales están
logrando que no quede un cristiano. ¡Y nuestras sociedades y gobiernos no hacen
nada por impedirlo!
¿Cómo estamos viviendo esta
situación? Aunque se hable tanto de Gaza y de los misiles, con todas la
muertes, en Jerusalén todo está tranquilo, pero hay una consecuencia muy
importante: No hay peregrinos. Ello
significa que muchos no tienen trabajo; y, a veces, los franciscanos, en su
soledad, nos volvemos a sentir "guardianes de monumentos" por muy
importantes que sean. Es necesario también reanudar las peregrinaciones y que
vuelvan a resonar por las calles de Jerusalén las palabras del Salmista:
"¡Qué alegría cuando me dijeron…!". Hay que hacer algo concreto y
poner en práctica las palabras de Jesús a sus discípulos: "dadles vosotros
de comer" (Lc 9,13). En los 18 primeros días del mes había encontrado a
más de 1.000 peregrinos dándoles conferencias. Ahora, no hay nadie. Es el mejor
momento para peregrinar, pues no hay esas aglomeraciones casi imposibles.
Del último viaje del Papa a Tierra Santa, en casa del P. Artemio
¿Qué podemos hacer nosotros y vosotros?
En primer lugar orar por la paz: "¡Desead la paz a Jerusalén!”. Tenemos
que orar para el Señor haga caer todos los muros que separan los pueblos,
especialmente los de la intolerancia y del egoísmo, y para que la concordia y
el amor puedan reinar en Tierra Santa. Tenemos que ser – a imitación de San
Francisco, "hombre de paz y artífice de la reconciliación" –
instrumentos de paz. No con grandes discursos, sino con hechos concretos que
ayuden en lo posible a aliviar las necesidades de tantos hombres y mujeres.
Tendiendo los puentes de la reconciliación y del amor.
Todos debemos anunciar sin temor
"el Evangelio de la paz" (Ef 6,15), porque estamos convencidos que
Jesús ha venido a unir, no a separar: "Él es nuestra paz, el que de dos
pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad…para crear
en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz…" (Ef
2,14-15). Teniendo presentes a Cristo, nunca caeremos en la tentación de que la
paz es una realidad que nunca se podrá alcanzar. La paz es posible; buscarla es
un deber de todos. Aunque a veces, como a Abraham, nos toque
esperar"contra toda esperanza" (Rom 4,18). Esto es lo que sucede hoy
en Tierra Santa. Cristo, en el Sermón de la Montaña, ha proclamado
bienaventurados a "los que trabajan por la paz" (Mt 5,9). ¿Cómo?
Repitiendo con San Francisco: "Que donde hay odio, ponga yo amor; que
donde hay ofensa, ponga yo perdón...; que donde hay tinieblas, ponga yo luz;
que donde hay tristeza, ponga yo alegría".
He terminado de preparar, o casi,
la edición italiana de mi libro “Con alegría franciscana”, y espero que salga
ya la 2ª edición de la española. Y cuando me queda tiempo me dedico a trabajar
en el libro sobre el Cenáculo. Como ves, no me aburro.
Creo que te estoy cansado. Te tengo muy
presente en mis oraciones en el Santo Sepulcro, a ti y a tus seres queridos.
Un fuerte abrazo. Artemio
Hay que rezar para que se acabe esta guerra, que nos tiene a todos en vilo. Que la Virgen ayude a los guardianes de los Santos Lugares, en especial al P. Artemio Vítores. Que pronto venga un tiempo de paz que haga que los peregrinos de Tierra Santa se sientan más tranquilos y puedan viajar libremente.
Franja.
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