Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Día 1 de enero del año de gracia.
2015
Solemnidad de Santa María,
MADRE DE DIOS
Sat, 01 Jan 2011 07:00:00
CAMINEO.INFO.-
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En esta solemnidad la miramos a ella, María, la madre de Jesús, la Madre de Dios. Mirar a María no cansa, la belleza no cansa. Siempre aprendemos cosas mirándola a ella.
Si durante el tiempo de Adviento se nos presentaba María como modelo de la Iglesia que espera con la lámpara encendida que venga el Salvador. Ahora en este tiempo de Navidad, María es el modelo en la contemplación del misterio de la encarnación.
¡Es tan grande lo que contemplamos!, ¡Dios que se hace hombre!, ¡son tantas las cosas que podemos descubrir rezando delante del pesebre!, que necesitamos la ayuda de alguien, la guía de alguien. Y María es esta ayuda, es esta guía.
María, desde su sencillez, desde su pequeñez, desde su humildad, contempla el misterio con una mirada profunda que se introduce en el misterio. Nosotros sencillos y pequeños como los pastores nos dejamos ayudar por María a descubrir lo que Dios nos quiere hacer ver y esto nos va haciendo crecer.
Siempre es el mismo dinamismo: contemplamos, recibimos la luz, la gracia de Dios, y cambiamos de vida. Y así vamos creciendo en vida cristiana. Fijaos que todo empieza en el silencio de la plegaria.
Hay una cosa que la hemos de poner nosotros que María no puede poner: el silencio.
El otro día me decía una persona que un obispo ha puesto en su plan pastoral, como primera prioridad, enseñar a rezar en las comunidades parroquiales. ¡Qué gran acierto! ¡Todo empieza en la oración! Volver a vivir una fe, un poco adormecida, empieza en la oración. Ir creciendo en santidad, empieza en la oración. Vivir la vida cristiana con gozo, empieza en la oración. La conversión empieza en la oración. La renovación de la parroquia, de la diócesis, de la Iglesia, empieza en la oración.
Ahora que empezamos un nuevo año, ¿no sería el momento de hacernos un propósito de rezar más largamente, de rezar con la PALABRA DE DIOS entre las manos.
Y si alguien no tiene la Biblia, que me lo diga y le compro una. En Ripollet en 4 años compré entre 30 y 40.
Ahora que empezamos un nuevo año, ¿no sería el momento de hacernos un propósito de pasar más ratos con el Señor?
María aunque fuera llena de gracia no significa que lo supiese todo. Como persona humana que era requirió de una actitud contemplativa hacia el misterio, para irlo entendiendo, para entrar en él, para vivirlo.
Por eso el evangelista dice: “Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. María conserva los recuerdos y los medita… Estas palabras definen a María. Estas palabras nos tendrían que definir a nosotros...
Hoy en día estamos perdiendo esta capacidad de meditar, de reflexionar, de profundizar lo que uno vive… ¿Sabéis por qué se pierde todo esto? Porqué vivimos en una sociedad donde no se hace silencio. Vivimos casi siempre fuera de nosotros mismos y muy poco dentro de nosotros, mirando nuestro interior... El viaje más apasionante que podemos hacer; es el viaje a nuestro interior.
Pidamos a María que nos ayude a hacer silencio, a meditar, a contemplar el misterio de Dios hecho hombre...
Vale la pena observar e imitar lo que hacen los pastores; reciben el anuncio de los ángeles, van a encontrarlo, se acercan al misterio, lo adoran, se lo miran boquiabiertos, y marchan glorificando y alabando Dios, comunicando lo que habían visto y habían oído...
Nosotros el día de Navidad, en la celebración litúrgica, hemos recibido el anuncio de los ángeles. Y nos hace falta, en nuestra oración, encontrarnos con el niño Jesús, adorarlo, mirarlo boquiabiertos, dar gracias a Dios y comunicar lo que hemos visto y hemos oído ….
He dicho “dar gracias a Dios”, porqué es el primer sentimiento que surge cuando contemplamos su nacimiento. Cuando nos ponemos delante de un pesebre y lo miramos a Él, lo que surge es: “gracias”, “gracias por lo que acabas de hacer”, “gracias porqué te has hecho pobre para enriquecernos a nosotros”, “gracias por una prueba de amor tan palpable”, “gracias”.
¿Puede haber Navidad sin dar gracias a Dios? Yo pienso que no...
Hoy, primer día del año quiero expresar mis buenos deseos para con vosotros con la bendición de la primera lectura:
Si durante el tiempo de Adviento se nos presentaba María como modelo de la Iglesia que espera con la lámpara encendida que venga el Salvador. Ahora en este tiempo de Navidad, María es el modelo en la contemplación del misterio de la encarnación.
María, desde su sencillez, desde su pequeñez, desde su humildad, contempla el misterio con una mirada profunda que se introduce en el misterio. Nosotros sencillos y pequeños como los pastores nos dejamos ayudar por María a descubrir lo que Dios nos quiere hacer ver y esto nos va haciendo crecer.
Siempre es el mismo dinamismo: contemplamos, recibimos la luz, la gracia de Dios, y cambiamos de vida. Y así vamos creciendo en vida cristiana. Fijaos que todo empieza en el silencio de la plegaria.
El otro día me decía una persona que un obispo ha puesto en su plan pastoral, como primera prioridad, enseñar a rezar en las comunidades parroquiales. ¡Qué gran acierto! ¡Todo empieza en la oración! Volver a vivir una fe, un poco adormecida, empieza en la oración. Ir creciendo en santidad, empieza en la oración. Vivir la vida cristiana con gozo, empieza en la oración. La conversión empieza en la oración. La renovación de la parroquia, de la diócesis, de la Iglesia, empieza en la oración.
Y si alguien no tiene la Biblia, que me lo diga y le compro una. En Ripollet en 4 años compré entre 30 y 40.
Ahora que empezamos un nuevo año, ¿no sería el momento de hacernos un propósito de pasar más ratos con el Señor?
María aunque fuera llena de gracia no significa que lo supiese todo. Como persona humana que era requirió de una actitud contemplativa hacia el misterio, para irlo entendiendo, para entrar en él, para vivirlo.
Hoy en día estamos perdiendo esta capacidad de meditar, de reflexionar, de profundizar lo que uno vive… ¿Sabéis por qué se pierde todo esto? Porqué vivimos en una sociedad donde no se hace silencio. Vivimos casi siempre fuera de nosotros mismos y muy poco dentro de nosotros, mirando nuestro interior... El viaje más apasionante que podemos hacer; es el viaje a nuestro interior.
Pidamos a María que nos ayude a hacer silencio, a meditar, a contemplar el misterio de Dios hecho hombre...
Nosotros el día de Navidad, en la celebración litúrgica, hemos recibido el anuncio de los ángeles. Y nos hace falta, en nuestra oración, encontrarnos con el niño Jesús, adorarlo, mirarlo boquiabiertos, dar gracias a Dios y comunicar lo que hemos visto y hemos oído ….
¿Puede haber Navidad sin dar gracias a Dios? Yo pienso que no...
Hoy, primer día del año quiero expresar mis buenos deseos para con vosotros con la bendición de la primera lectura:
“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti y te conceda la paz”.
¡Qué belleza hay en la Palabra de Dios!
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