Una gran maestra. Una gran lección.
Si leéis con calma y atención, me daréis las gracias por traeros este ejemplo aleccionador para nuestros chicos y también para los que tienen el oficio y la vocación de enseñar.
La maestra Silvia
Su nombre es Silvia, maestra de 5º
grado, el primer día de clase lo inició diciendo a los niños una mentira.
Ella miró a sus alumnos y les dijo:
Los quiero a todos por igual.
Silvia había observado a Carlitos
desde el año anterior, había notado que era diferente a los demás niños, no
jugaba, su ropa estaba siempre descuidada y por su aspecto necesitaba darse un
buen baño.
Carlitos comenzó a ser desagradable,
la maestra comenzó a marginarlo y al más pequeño error en sus tareas, sin
contemplación lo corregía.
En la escuela había una norma. Los
maestros debían revisar el historial de cada uno de sus alumnos, pero Silvia
dejó el expediente de Carlitos para el final. Cuando lo revisó, se llevó una
gran sorpresa. La maestra de primer grado había escrito: Carlitos, es un niño
muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de manera eficiente y
tiene muy buenos modales, es un placer tenerlo en clase.
Su maestra de segundo grado escribió:
Carlitos, es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros,
pero se le nota preocupado y triste por la grave enfermedad que está sufriendo
su madre. Creo que debe ser muy difícil, para un niño de su edad.
La maestra de tercer grado escribió:
Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él, se esfuerza en hacer lo mejor,
pero su padre no muestra mucho interés, considero que se deberían tomar ciertas
medidas para que no afecte al desarrollo del niño y a su carácter.
Su profesora de cuarto grado
escribió: Carlitos se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no
muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se
duerme en clase.
Al leer el expediente de Carlitos,
Silvia se dio cuenta del mal que estaba haciendo al marginar y no tratar con
amor a un niño con un problema tan grave y se sentía apenada y arrepentida por
su actitud.
Pasó poco tiempo y muy pronto
llegaría la Navidad. Los alumnos, como de costumbre, le trajeron sus regalos,
envueltos en fino papel y grandes lazos, excepto el de Carlitos. Su regalo
estaba dentro de una bolsa de papel.
A Silvia le dio pánico abrir ese
regalo en medio de los otros niños, algunos se podían reír y otros se
burlarían. Pero no tuvo más remedio que hacerlo. Dentro de la bolsa había un
viejo brazalete y un frasco de perfume usado. Los niños empezaron a burlarse,
pero ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era aquel
brazalete mientras se lo probaba y lo mucho que le gustaba el perfume, mientras
se ponía un poco de perfume en la mejilla.
Carlitos se sorprendió de la actitud
de la maestra y se quedó hasta que todos se hubieran ido para decirle: Silvia,
en el día de hoy usted es como mi mamá.
Desde ese día, ella dedicó tiempo y amor a ese niño, que un tiempo atrás había dejado de lado.
Cuando llegó el final del curso escolar, Carlitos se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase. Por eso Silvia estaba emocionada y muy contenta…porque Carlitos se había convertido en su alumno más querido y preferido.
Desde ese día, ella dedicó tiempo y amor a ese niño, que un tiempo atrás había dejado de lado.
Cuando llegó el final del curso escolar, Carlitos se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase. Por eso Silvia estaba emocionada y muy contenta…porque Carlitos se había convertido en su alumno más querido y preferido.
Carlitos...como esos
Un año después, ella recibió una
carta de Carlitos, diciéndole que había sido la mejor maestra que había tenido
en toda su vida. Seis años después recibió otra carta, diciéndole que había
terminado sus estudios secundarios y que ella seguía siendo la mejor maestra
que había tenido en toda su vida.
Pienso que sería así...
Cuatro años después, recibió otra
carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se
mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores.
Volvió a repetirle a Silvia que
seguía siendo la mejor maestra que había tenido y que la admiraba.
el día de la graduación
Cuatro años después recibió otra
carta, en esta ocasión le contaba que había terminado sus estudios en la
Facultad de Derecho y continuaba la carta diciendo las mismas palabras que las
anteriores, que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su
favorita. Pero más adelante en la carta le contaba que su padre había fallecido
y también que iba a casarse.
así nos podemos hacer una idea...
Le preguntó si le gustaría ocupar en su boda el
lugar que normalmente es reservado para la madre del novio y Silvia aceptó.
El día de la boda, se presentó
vestida como una reina, con el viejo brazalete en su muñeca y perfumada con el
recuerdo que conservaba, desde aquella Navidad. Carlitos emocionado la abrazó,
le dio un beso y le susurró al oído: Gracias Silvia por creer en mí, gracias
por haberme hecho sentir la diferencia y por ayudarme en el momento más difícil
de mi vida.
Silvia con lágrimas en los ojos, le
dijo: Te equivocas, tú fuiste el que me enseñó a mí, yo puedo hacer la
diferencia. Aprendí a ser verdaderamente una maestra, cuando te conocí.
Enseña a sentir la diferencia,
muestra tu amor a alguien que tenga necesidades. Seguro que ahora mismo, a tu
lado hay alguien que está sufriendo.
“Los Ángeles son los que levantan
nuestros pies de la tierra, cuando nuestras alas han olvidado cómo volar”
Supongo que más de uno/a le habrá emocionado.
Al que lo ha puesto le ha hecho pensar en muchos niños no van adelante, porque tienen problemas familiares y a veces por nuestro egoísmo o por nuestra indiferencia no les ayudamos...como la maestra Silvia.
Franja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario