Anoche tuve un sueño raro: En la plaza mayor de
la ciudad habían abierto una tienda nueva. El rótulo decía: "Regalos de
Dios". Entré: Un ángel atendía a los clientes. Yo, asombrado, le pregunté:
- ¿Qué es lo que vendes, ángel del Señor?
- Ofrezco cualquier don de Dios.
- ¿Cobras muy caro?
- No, los dones de Dios son gratis.
- ¿Qué es lo que vendes, ángel del Señor?
- Ofrezco cualquier don de Dios.
- ¿Cobras muy caro?
- No, los dones de Dios son gratis.
Miré los grandes estantes; estaban llenos
de ánforas de amor, frascos de fe, bultos de esperanza, cajas de salvación y
muchas cosas más. Yo tenía gran necesidad de todas aquellas cosas. Cobré valor
y le dije al ángel:
- Es todo, Dios nunca da frutos maduros; El sólo da pequeñas semillas, que cada quien debe cultivar.
-Aportado por Syldia Diaz
Espero que te guste y lo pases. Franja.
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