Un amigo me lo ha mandado
y yo lo he arreglado
para hacerlo más asequible.
Gracias, amigo Andrés.
Un hombre iba por un camino
y yo lo he arreglado
para hacerlo más asequible.
Gracias, amigo Andrés.
Un hombre iba por un camino
Un hombre iba por un camino con un pesado costal de papas (patatas) sobre sus espaldas.
Caminaba
lenta y sufridamente. Dios, que lo veía, le preguntó: "¿Hacia dónde vas
con ese costal de papas (patatas)?".
El
hombre miró hacia el cielo y le respondió insolentemente: "¿Por qué me
preguntas si tú lo sabes todo?"….Y siguió su camino.
En
otro lugar, alejado de allí, otro hombre iba cargando una carretilla llena de
ladrillos. Dios, que lo veía le preguntó: "¿Hacia dónde vas con esa
carretilla?" .
El
hombre respondió: "Voy al pueblo".
Dios
le dijo: "¿Quieres que te ayude con esa carga?".
El
hombre le contestó: "Puedo solo"...
Un
poco más allá, un hombre iba cargando un montón de leña atada con una
cuerda. Dios, que lo veía, le dijo: “¿Hacia dónde vas con esa leña?“.
El
hombre respondió: "La llevo a mi casa al otro lado de ese cerro".
Dios
le dijo: ¿quieres que te ayude?".
El
hombre, accedió y Dios tomó la cuerda y cargó la leña. Poco habían caminado,
cuando el hombre le quitó la leña a Dios y la volvió a cargar él mismo. Dios
siguió caminando a su lado y un kilómetro más adelante, el hombre se la volvió
a entregar para que Él la cargara. Pero nuevamente más adelante, el hombre se
la volvió a quitar y la cargó nuevamente y así siguió a lo largo del
camino...
En
otro lugar, muy lejos de allí, otro hombre iba por un camino llevando un pesado
costal de arena. Dios, que lo veía, le dijo: "¿Hacia dónde vas con
ese costal de arena?".
El
hombre respondió: "Tengo que llevárselo a mi patrón, que vive a 5 Km . de aquí".
Le
dijo Dios: "¿Quieres que te ayude?".
El
hombre sonrió y le dijo: "¡Oh sí Señor, yo ya no puedo con esta
carga!" y se la entregó. Siguieron caminando y el hombre le iba contando a
Dios alegremente de su vida, de su familia y de su trabajo. Le hacía preguntas,
le pedía opiniones, en fin, el hombre y Dios avanzaban por el
camino conversando y conversando, hasta que llegaron a su destino. El hombre ya
no se había acordado más de su carga. El Señor mismo cumplió la encomienda de
entregársela al patrón de aquel hombre.
El
hombre agradeció mucho la ayuda y el Señor le dijo: “No te dejaré ni te
desampararé, siempre que me necesites, estaré contigo”.
Reflexión
¿Con cuál de estos cuatro hombres te
identificas?
- ¿Eres como el primero que cuando
tienes problemas, no tomas en cuenta a Dios?...
- ¿Eres como el segundo hombre,
orgulloso y soberbio, que no acepta la ayuda de nadie?
- ¿Eres como el tercer hombre, que
entrega su carga a Dios, pero en realidad su fe es escasa y decide
volverla a cargar él solo? …
- ¿eres como el cuarto hombre, que
mantiene una buena relación con Dios y humildemente y con alegría, acepta
Su ayuda y se olvida de su carga hasta el final del camino, porque confía
en que Él tiene
el poder para librarlo de esa carga, al punto de que ya no tener que
preocuparse más por ella?...
Quizá cuando estás en problemas acudes a
Dios,
le pides, le imploras y hasta lloras, pero no sueltas tu carga.
Sigues
soportando y sufriendo, en constante afán. Solo cuando voluntariamente le
entregues esa carga, Él la tomará y la cargará sobre Sus hombros.
Sigue el ejemplo del cuarto hombre, mantén una buena relación con Dios, deja que Él te ayude con toda tu carga y descansa en Él, esto quiere decir que ya no vas a seguir angustiado, porque tu problema está en Sus manos. Ya no vas a sentir su peso, ¡porque ese peso lo está llevando el Señor!
¿Cuál
es tu carga?... ¿Decepción, traición, resentimiento, abuso, abandono, soledad,
tristeza, injusticia, dolor, adicciones.. .?
Justamente ayer me encontraba conversando
con un amigo sobre "nuestros problemas"
que basicamente eran problemas de dinero, cuando de casualidad
llegó otro amigo que nos contó que su hija
mayor estaba con un cáncer incurable, y lo único
que nos quedó fue mirarnos el uno al otro
y comprender que nuestra carga no pesaba nada comparada con
la de él.
Cualquiera que sea tu carga, no importa el tiempo que
la llevas sobre tu espalda, Jesús te dice:
“Venid a Mi a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mateo 11:28)
“Venid a Mi a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mateo 11:28)
¡NO
LE DIGAS A DIOS LO GRANDES
QUE SON TUS PROBLEMAS!.. .
¡DILE
A TUS PROBLEMAS
LO GRANDE QUE ES TU DIOS!
Confeccionó Franja
1 comentario:
el no soltar la carga es una falta de Fe, asi lo veo yo en como actuo ante las contrariedades... pero intento apoyarme, se que debo confiar mas... a veces resulta dificil y se ve todo negro, porque nuestros tiempos no son los suyos... pero su camino es el correcto aunque parezca duro, se ve cuando llegamos a la meta.
Gracias D. Javier por sus artículos
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