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jueves, 22 de agosto de 2013

CATEQUESIS DE ADULTOS Nº.3 de 5. Virtudes cardinales

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona



CATEQUESIS DE ADULTOS
Nº.3 de 5.
Conoce tu fe | sección
Moral y Mandamientos, lo que la Iglesia vive | categoría
Virtudes teologales | tema
Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net


             prudencia       fortaleza            justicia          templanza

Virtudes cardinales
Prudencia: es la capacidad de conocer, en cada circunstancia, lo que se debe hacer o evitar para conseguir un fin bueno, y elegir medios apropiados para realizarlo. Para guiar el juicio de la conciencia, aplica los principios morales al caso particular.
El hombre prudente decide y ordena según este juicio. Esta es la virtud por excelencia.
Para ejercer la prudencia hay 8 partes integrales que son muy importantes. Cinco pertenecen a lo intelectual y tres a la práctica:

Memoria: recordar los éxitos y fracasos del pasado ayuda a orientar sobre lo que hay que hacer. La experiencia es madre de la ciencia.

Inteligencia: conocer el presente nos ayuda a discernir sobre lo bueno o malo, conveniente e inconveniente.
Docilidad: saber pedir y aceptar consejo de personas que saben más. Nadie puede saber todas las respuestas.
Sagacidad: disposición para resolver los casos urgentes cuando no hay tiempo de pedir consejo.

Razón: cuando después de una meditación madura se resuelven casos por sí mismos.

Providencia: parte principal de la prudencia, igual a providencia, es fijarse en el fin que se pretende. Para actuar con prudencia hay que ordenar los medios al fin.

Circunspección: es tomar en consideración las circunstancias para juzgar según ellas, si es conveniente o no hacer o decir algo. Hay ocasiones en que lo que se pretende es bueno y conveniente, pero debido a las circunstancias, puede resultar negativo. Ej. Corregir a alguien cuando hay personas ajenas presentes.
Cautela o Precaución: ante los impedimentos externos que pueden ser obstáculos para conseguir lo que se pretende. Ej. Evitar la influencia de las malas compañías.

Habrá momentos en que se podría prescindir de alguna de estas cosas, pero si lo que se pretende es importante se deben tomar en cuenta todas ellas. ¡Cuántas imprudencias se cometen por no tomarse el trabajo de hacerlo!.

La prudencia se ejerce no solamente en lo personal, sino que también tiene una parte social que se dirige al bien común y abarca el gobierno, la política, la familia y lo militar.





Sigue...
Confeccionado por Franja.

Continuará en nº. 4 de 5

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