Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
CORAZÓN
DE JESÚS ABISMO DE TODAS LAS VIRTUDES:
Meditación del Papa Juan Pablo II
sobre las Letanías del Sagrado Corazón
Ángelus,
21de julio de 1985
¡Queridos
Hermanos y Hermanas!
Bajo
el Corazón de la Madre fue concebido el Hombre. El Hijo de Dios fue concebido
como Hombre. Para venerar el momento de esta Concepción, es decir, el misterio
de la Encarnación, nos unimos en la plegaria del Ángelus. Bajo la luz del
momento de la Concepción, bajo la luz del misterio de la Encarnación miramos
toda la vida de Jesús, nacido de María. Siguiendo las invocaciones de las
Letanías, tratamos de describir en cierto sentido esta vida desde el interior:
a través del Corazón.
2.
En el corazón reside la profundidad del hombre. Y, en todo caso, indica la
medida de esa profundidad, tanto en la experiencia interior de cada uno de
nosotros, como en la comunicación interhumana. La profundidad de Jesucristo,
indicada con la medida de su Corazón, es incomparable. Supera la profundidad de
cualquier otro hombre, porque no es solamente humana, sino al mismo tiempo
divina.
3.
Esta divina-humana profundidad del Corazón de Jesús es la profundidad de las
virtudes: de todas las virtudes. Como un verdadero hombre Jesús expresa el
lenguaje interior de su Corazón mediante las virtudes. En efecto, analizando su
conducta se pueden descubrir e identificar todas estas virtudes, como
históricamente emergen del conocimiento de la moral humana: las virtudes
cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) y las otras que derivan
de ellas. (Estas virtudes las han poseído en grado elevado los santos siempre
con la gracia divina)
Sagrado
Corazón de Jesús - ten misericordia de nosotros
4.
La invocación de las Letanías habla de forma muy bella de un "abismo"
de las virtudes de Jesús. Este abismo, esta profundidad, significa un grado
especial de la perfección de cada una de las virtudes y su poder particular.
Esta profundidad y poder de cada una de las virtudes proviene del amor. Cuanto
más enraizadas están en el amor todas las virtudes, tanto mayor es su
profundidad.
Hay
que añadir que, además del amor, también la humildad decide la profundidad de
las virtudes, Jesús dijo: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón" (Mt 11,29).
5.
Al recitar el Ángelus, recemos a María para que nos acerque cada vez más al
Corazón de Su Hijo; para que nos ayude a aprender de Él, sus propias virtudes.
http://www.mscperu.org/msc/sgdoCorazon/SCorazon_Juan_Pablo_II/Corazon_de_Jesus10_Abismo_de_todas_las_Virtudes.htm
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