Blog Católico
de Santa María de Baiona
nº718
nº718
En principio
pensaba dividir este artículo
sobre el
Credo en varias entregas.
Y pensé
después que iba a quedar muy separado.
Como
estamos en el AÑO DE LA FE
me pareció bien
así,
porque puede
estudiarse mejor
y pasarlo
a los amigos solo con un enlace.
Gracias por
vuestra consideración.
Franja..
En
el Credo, llamado también “Símbolo
de la fe”. “Symbolon” significa también recopilación,
colección o sumario.
El "símbolo
de la fe" es la recopilación de las principales verdades de
la fe. Si alguien nos pregunta:
-¿En qué creen los católicos?
Podemos responderlo con los 13 artículos del Credo.
Nace
con la Liturgia Bautismal porque antiguamente cuando una persona
quería ser bautizada, debía recitar el Credo.
A
partir del siglo V se introduce en la Liturgia Eucarística.
Cada
domingo, después de escuchar la Palabra de Dios, y
la homilía del sacerdote, hacemos una declaración de
nuestra fe rezando el
credo como respuesta porque la fe nace y
se alimenta de la escucha de la Palabra de Dios.
Los dos “Credos” más conocidos son:
-El apostólico usado en Roma ya en el siglo III.
-El niceno-constantinopolitano, que recoge la fe de los
Concilios de Nicea (año 325) y Constantinopla (año 381)
El Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, también conocido como
el credo corto, es llamado de los apóstoles por que
es considerado
como
el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es
el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia Romana.
Su gran
autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que
guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero
de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común.
El Credo está dividido en tres partes:
La primera parte habla de Dios Padre y de la obra de
la Creación.
La segunda parte habla de Dios Hijo y de la Redención de los
hombres.
La tercera parte habla de Dios Espíritu Santo y de
nuestra Santificación.
Creo en Dios,
Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de
Poncio Pilatos. Fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Los
Artículos del Credo
Artículo
I
“Creo en
Dios, Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra.”
El misterio de
la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe
católica. Dios es uno solo, la Trinidad
es una: “Padre” – “Hijo” –“Espíritu Santo”, designan modalidades del
ser Divino, pues son realmente distintos entre sí, pero comparten una
misma naturaleza divina. Gén 18, 2 ; I Co 12, 4-6; II Co 13, 3; Ef 4, 4
.
Manifestamos, que
Dios existe, no solo por sus obras, y su revelación divina, sino
porque se manifiesta espiritualmente en quienes lo buscan con un
corazón humilde llenándolos de santidad y amor. Dios
es el principio de todo; y el fin de todas las cosas. Dueño y Señor de
todo, nosotros somos simples administradores.
II Mac 7,
28. Infinitamente sabio, conoce y sabe todo, es Omnisciente, No podemos engañarlo. Dios lo puede todo, es Omnipotente,
con El, vencemos hasta a la muerte.
Artículo
II
“Creo en
Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor...”
- Jesús:
Significa “Dios salva”
- Cristo: “Mesías”
- Hijo
de Dios, filiación íntima
con Dios
- Señor: Significa la soberanía divina
Jesucristo es el Hijo
Único de Dios Padre, que se hizo hombre
como uno de
nosotros (misterio de la
Encarnación ), para salvarnos y darnos ejemplo
de vida.
Es
la segunda persona de la Santísima Trinidad. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero
hombre; es decir, posee dos naturalezas, la divina y
la humana, no confundidas, sino unidas en la única persona.
Artículo
III
“...que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de
Santa María Virgen...”
Esta parte es muy
importante porque es obra del Espíritu Santo.
En el momento de la
concepción ya existía antes sólo como Dios,
en la concepción Jesús
es engendrado, no creado, para hacerse hombre y redimirnos por
puro amor.
También ratificamos que la
madre es la Santísima Virgen María
fue siempre
virgen como anunciaron los profetas, Is 7,14 como ella misma lo
dice en las sagradas escrituras Lc 1, 28 y en su aparición en
Lourdes: “Yo soy la Inmaculada Concepción ”.
Ella sigue
acompañándonos, como lo hizo con los apóstoles porque es
la elegida por la Santísima Trinidad, por su amor incondicional
al Padre, por su entrega a la divina concepción a través del Espíritu
Santo y por su cuidado amoroso como madre de nuestro Salvador.
Artículo
IV
“...padeció
bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado...”
Poncio Pilatos era un militar que el Imperio Romano había
designado como gobernador político de aquella región entre los años 26 al 36
d.C. Tuvo un par de encuentros con Jesús, antes de su pasión, pero por miedo a
una sublevación de los judíos, aunque sabía que Jesús era inocente, permitió
que lo crucificasen (Jn 18). Jesucristo aceptó padecer y morir para
reparar la ofensa hecha a Dios con nuestros pecados, desde nuestros padres Adán
y Eva hasta el que hayamos cometido esta mañana… para merecernos el perdón
junto con la gracia y el derecho al cielo (Is 63; Jn 1,
29).
A este gesto tan grande de
amor lo llamamos El misterio de la “Redención”.
Redimir es pagar por
otro una deuda; comprado, rescatado...
Fue Jesús quien nos abrió
las puertas del cielo que estaban cerradas…
Artículo
V
“...descendió
a los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos...”
Hay que aclarar que el término “muerte” no se utilizaba en
aquel tiempo sino que se usaba el de “Infierno”. Jesús conoció la muerte
como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de los muertos (Hades –
Sheol) como Salvador proclamando
(Jn
5, 25; I P 3, 18; Fil 2, 10; He 2, 24; Ap 1, 18; Ef 4, 9).
Jesús, “el príncipe
de la vida” (He 3, 15), aniquiló mediante la muerte al señor de
la muerte, es decir, al diablo, y libertó a cuantos, por temor a la
muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud” (He 2,
14).
En adelante, Cristo
resucitado “tiene las llaves de la muerte y del Hades” (Ap 1, 18)
y “al nombre de Jesús, se doble toda rodilla,
en el cielo, en la tierra
y en los abismos” (Fil 2, 10).
Artículo
VI
“...subió a
los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.”
“Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado a
los cielos y se sentó a la diestra de Dios” (Mc 16, 19). Jesús dijo a
los Apóstoles les dijo: “Todo poder se me ha dado en el cielo y en la
tierra” (Mt 28, 18). “Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos
hacía mí” (Jn 12, 32).
Sentarse a la derecha del
Padre significa que empieza a reinar
como Mesías o Salvador del
mundo y que en Él se cumple lo que anunció el profeta Daniel: “Se le dio el
poder, el honor y el reino, y todos los pueblos y naciones le obedecerán. Su
reino es un reinado eterno que nunca acabará y que jamás será
destruido” (Dn 7, 14; Ef 1, 20; Ap 3).
Artículo
VII
“Desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y muertos.”
En esta parte, tenemos
conciencia que el Juicio es inmediatamente después de la muerte, porque se
nos va a juzgar según nuestras obras. El sentido de
los vivos y muertos, es decir los buenos y
los malos. Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, acompañado
de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria y serán reunidas delante
de Él las gentes de todas las naciones y
a los buenos les dirá: “Venid benditos de mi
Padre a gozar del reino que os está preparado” y a los malos dirá: “Id malditos al fuego eterno preparado para el diablo y todos
sus seguidores” ( Mt 25)
Dice el Apóstol San
Pablo: “Todos tendremos que presentarnos
delante de
Dios para que Él nos juzgue. Cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de
sí mismo ante el Tribunal de Cristo” (Rom
14).
Artículo
VIII
“Creo en el
Espíritu Santo,...” El Espíritu Santo es
la Tercera Persona de la Santísima Trinidad
Recibimos el Espíritu
Santo en el día de nuestro Bautismo cristiano
y de una manera delicada
de nuevo en la Confirmación (Mc
1, 8).
Jesús le dio el nombre de
“Abogado”, “Consolador”,“Defensor” que en el idioma de la Biblia traduce como
“Paráclito” y “Espíritu de verdad que estará siempre con
vosotros” (Jn 14, 15).
Está en todas partes (Jn
3, 8), en los Sacramentos, y en el alma de los que viven como hijos
de Dios.
El Espíritu Santo fue
enviado de manera especial a la Iglesia el día de Pentecostés (He 2,
1-13).
El Espíritu Santo nos ayuda
a vivir en gracia de Dios, nos ilumina, nos fortalece,
nos consuela y nos regala sus 12 frutos y sus 7 dones.
(Gal 5, 22 – 23; Is 11, 2).
Artículo
IX
“... la Santa Iglesia
Católica,...”
La
palabra “Iglesia” (Ekklesiae) significa “Reunión, Asamblea o
Convocación” para dar culto a Dios.
La única
Religión que Cristo fundó en la tierra hace 2.000 años
fue la Iglesia católica.
Jesús
dijo a Simón Pedro: “Tu eres Pedro,
(o sea Piedra), y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mateo 16, 18).
Las demás la inventaron
los hombres. (Mt 16, 18; II P 1, 20; Ef 2, 20; I Jn 2, 19; II Timoteo 4, 3).
Una por que Jesús no fundó varias Iglesias, sino una
sola fe.
Santa por su fundador y significa que nuestra
meta es la santidad.
Católica del latín Catholicos = Universal, porque ha
sido enviada
por Cristo en misión a la
totalidad del género humano ( Mt 28, 19)
Apostólica significa que viene directamente de los doce apóstoles
(el Sumo
Pontífice viene directamente de San Pedro, y los Obispos vienen
de los otros Apóstoles).
Artículo
X
“...la
comunión de los santos,…”
¿Qué es la Iglesia , sino la asamblea
de todos los santos?.
“La comunión de los santos
es precisamente la Iglesia ”.
La
palabra “comunión” significa: comunicarse los bienes unos a
otros.
Comunión de los
santos significa: que todos los amigos de
Dios,
los del
cielo, (Iglesia Triunfante) los del purgatorio (Iglesia Purgante) y
los de la tierra, (Iglesia Peregrina) tienen una comunicación de
bienes por medio de la oración.
Los santos junto
con María Santísima y los ángeles interceden ante Jesucristo Nuestro
Señor, único mediador entre Dios y los Hombres, y nos
alcanzan gracias inimaginables.
Ap 8,3; Mc 12; II Mac
12,38
Artículo XI
Cristo les confirió a los apóstoles su propio poder
divino de perdonarlos pecados y éstos a sus sucesores, es
decir, a los sacerdotes, aquí nace el “Sacramento de la Reconciliación ”.
(Jn 20, 22; Mt 16,19).
Y los envió a
predicar “en su Nombre la conversión para el perdón
de los pecados a todas las
naciones” (Lc 24, 47;II Co 5, 18)
El “Bautismo” es el primero y principal sacramento del perdón
porque nos une a Cristo muerto
por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación (Rom 4,
24).
Otro sacramento que
perdona también los pecados es
el de la “Unción de los enfermos” (Stgo 5, 13 y Stgo 5,
19).
En la oración que nos enseñó
de Jesús (Padre nuestro) y en
otras enseñanzas y parábolas nos dice claramente que el
perdón de Dios a un alma arrepentida está condicionado: Si no
perdonamos a los que no ofenden, tampoco Dios nos perdonará.
(Mt 18, 23 ; Lc 17, 3; I
Jn 3, 15).
Artículo
XII
“... la
resurrección de la carne.”
Dice Jesús:
“Cuando ayudes a los que no pueden pagarte
o recompensarte,
tendrás la dicha de que Dios te recompensará
en el día de
tu resurrección” (Lucas 14, 14).
“Ésta es la voluntad
de mi Padre, que el que crea en el Hijo,
yo lo
resucitaré en el último día” (Juan 6, 40).
“Los que hicieron el
bien, saldrán y resucitarán. para la vida
pero los que obraron
el mal, resucitarán para la condenación.”(Jn 5,29)
“Los justos brillarán como el sol.”
(Mt
13,43; So 1,3; Dn 3,6; Ap 21,8; Mt 8,12; Dn 12,3)
“En
la resurrección de los muertos los hombres serán como
ángeles en el Cielo.” (Mt 22.30)
“El que guarda mi
Palabra. No morirá para siempre.” (Jn 8, 51)
Artículo
XIII
“... y la
vida eterna.”
Jesús decía: “En
esto consiste la Vida
Eterna , en que te conozcan a Ti, Padre
Celestial y a tu enviado, Jesucristo.” (Jn 17), “El
que crea en el Hijo de Dios tendrá Vida Eterna.” (Jn
3, 36).
Con respecto
a Purgatorio, la tradición hace referencia sobre ciertos textos de
la Escritura que lo describe como un fuego purificador. (I Co,
3, 15; 1 Pe 1, 7; Mt 12, 31;Mt 5, 25 – 26; II Mac 12, 46),
“En la casa mi Padre hay muchas mansiones (estancias) y voy allá a prepararos un lugar.” Jn 14,3; Heb 6,26; Fil 1,23; 1 Tes 4,17
“En la casa mi Padre hay muchas mansiones (estancias) y voy allá a prepararos un lugar.” Jn 14,3; Heb 6,26; Fil 1,23; 1 Tes 4,17
“Alegraos por que
vuestros nombres están escritos en los cielos.”
Lc 10,20; Dn 12,1; Ap
3,5
Confeccionado por Franja.
Sacado de:
{Semillitas de siembra} Credo de los Apóstoles
Boletines, Documentos, Grupos
semillitas-de-siembra@googlegroups.com
siembraconmigo@gmail.com
4 comentarios:
Querido amigo, aunque desconocido. Solo tus tres últimos artículos que has puesto valen la pena el esfuerzo que debes haber llevado. Me dio gran alegría encontrar una explicación del Credo, actual para estos momentos, y no te preocupes por el qué dirán.
No hay comedor para los necesitados en ninguna central sindical, que para más INRI están hundiendo más el país con esas huelgas que están montando y que no se las organizaron al causante de la gran deuda de España. Son unos bandidos que después de haber robado al contribuyente a mansalva de señoritos de relojes caros, mariscadas y viajes de crucero, ahora quieren hacer fracasar al actual gobierno, para darse ellos la razón. ¡Sinvergüenzas son!
D. Javier:
me ha valido de mucho esta explicación, gracias.
Le plantearé una duda que siempre tuve con el Padre Nuestro, a ver si me la aclara.... cuando se dice:
"perdonanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden..."
No entiendo bien la redacción, ¡cuántas veces nosotros, los hombres, somos incapaces de perdonar...
Gracias por todo lo bueno que publica.
Es tan sencilla la respuesta, que no nos damos cuenta con facilidad, porque en nuestro interior queremos "mangonear" a Dios a nuestro gusto.
Dios nos pide que perdonemos a nuestros semejantes, porque a cambio nos perdona mucho más Él. Acuérdate del que debía diez mil talentos y el que debía 100 denarios.
Por eso si nosotros le decimos: Perdónanos como nosotros perdonamos, estamos cumpliendo nuestra parte...si perdonamos de verdad.
Si no perdonamos, ponemos la barrera y hacemos nosotros mismos imposible el perdón de Dios. Por lo menos tenemos que intentarlo y decirle al Señor que nos ayude a perdonar y a quitar de nuestro corazón la roña que nos empobrece por duros de corazón.
Más nos ha perdonado Él, porque la ofensa es según la distancia y ofender a Dios no se puede comparar nunca con la ofensa al "prój-x-imo", que es nuestro semejante. Y Dios es infinitamente superior a nosotros, el Omnipotente, el Todopoderoso, el Creador, el Santo de los Santos.
Y por eso nos perdona...si nosotros estamos dispuestos a perdonar lo "poco", en relación a lo "mucho" que Él nos perdona.
Tú perdona siempre...para que Él te perdone siempre.
Javier.
¡Gracias por enseñarnos tanto!
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