Santa Maria de Baiona diócesis tuy- vigo blogspot.com
Autor:
P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Anclado
en la esperanza
A veces quedamos anclados
en el pasado, inmovilizados por la pena ante lo sucedido. Una y otra vez nos
lamemos la herida.
Anclado en la esperanza
Ocurrió.
Cometí ese pecado que tanto daño me hizo. Falté a una promesa dada. No ayudé a
un familiar que me necesitaba. Traicioné la confianza de un amigo. O,
simplemente, fui víctima de los actos que otros cometieron con una malicia que
me llena de rabia.
Ocurrió.
A veces quedamos anclados en el pasado, inmovilizados por la pena ante lo
sucedido. Una y otra vez nos lamemos la herida. La pena domina nuestras almas.
Vivir
así, con la mirada puesta en los errores pasados, puede llevarnos hacia la
apatía y la desgana, hacia tristezas enfermizas, hacia reproches continuos
hacia otros o hacia uno mismo.
Tenemos,
sin embargo, un presente en nuestras manos y un futuro abierto a mil
posibilidades. Miradas de amigos y familiares me invitan a dar un paso hacia
adelante, sin dejarme apresar por las arenas movedizas de un pasado que no
puedo cambiar.
Incluso
Dios mismo me mira con un afecto particular, intenso. Me busca para lavar mis
faltas. Me invita a perdonar a quien me haya traicionado. Me lanza a edificar
mi vida no desde lágrimas amargas sino desde una esperanza que viene de lo
alto.
Necesito
dejar de lado actitudes malsanas que me arrastran a la pereza. Sólo entonces
empezaré a vivir anclado en la esperanza.
Amanece
un nuevo día. Dios me renueva su amor de Padre y me regala su gracia. Tomado de
su mano puedo emprender esta jornada con el deseo de dar mi tiempo, mis
cualidades y mi corazón al servicio de quien necesita a su lado una mano amiga
y llena de esperanza.
Y como me ha gustado y es algo que sucede en la vida de muchos cristianos, os lo pongo para levantaros el ánimo y que no tengáis miedo.
Ahí está la santidad en el comenzar y recomenzar, porque Dios nos espera siempre.
Y si lo hacemos bajo la protección de la Virgen, nuestra Madre, nada tenemos que temer. Franja.
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