Santa Maria de Baiona diócesis tuy- vigo blogspot.com
Espero que os guste y que aprendamos todos la enseñanza.
Una mochila a la espalda.
LA MOCHILA
Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la tierra. Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos.
-¿Qué dices tú, la mona? -preguntó.
-¿Me habla a mí? -saltó la mona . ¿Yo, defectos? Me miré en el espejo y me vi espléndida. En cambio el oso, ¿se fijó? ¡No tiene cintura!
-Que hable el oso – pidió Júpiter.
-Aquí estoy – dijo el oso – con este cuerpo perfecto que me dio la naturaleza. ¡Suerte no ser una mole como el elefante!
-Que se presente el elefante…
-Francamente, señor – dijo aquél -, no tengo de qué quejarme, aunque no todos puedan decir lo mismo. Ahí lo tiene al avestruz, con esas orejitas ridículas…
-Que pase el avestruz.
-Por mí no se moleste – dijo el ave -. ¡Soy tan proporcionado! En cambio la jirafa, con ese cuello…
Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella.
-Gracias a mi altura veo los paisajes de la tierra y el cielo, no como la tortuga que sólo ve los cascotes.
La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional.
-Mi caparazón es un refugio ideal. Cuando pienso en la víbora, que tiene que vivir a la intemperie…
-Que pase la víbora – dijo Júpiter algo fatigado.
Llegó arrastrándose y habló con lengua viperina:
-Por suerte soy lisita, no como el sapo que está lleno de verrugas.
-¡Basta! – exclamó Júpiter -. Sólo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila.
-Precisamente – empezó el topo -, quería decir dos palabras:
el águila tiene buena vista pero, ¿no es horrible su cogote pelado?
-. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros.
Así suele ocurrir. Sólo tenemos ojos para los defectos ajenos y llevamos los propios bien ocultos, en una mochila, a la espalda
JEAN DE LA FONTAINE
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Esta fábula tiene un valor perenne, dada la naturaleza humana
herida por el pecado original, que solo ve su ego, -su ombligo-, para complacerse, y para ver solo los defectos de los demás. y por eso son muchos los que dicen:
¡Que cambien los demás que son unos impresentables! ¡Yo soy perfecto!!! ¿O no?.. Nosotros...¡Si! y muchas veces. Franja
Me han mandado la siguiente fábula...¡fabulosa!
El REY Y EL METEREÓLOGO
Fábula fabulosa
FÁBULA..............¡¡¡¡
MUY ILUSTRATIVA !!!!!
Aunque no es una fábula de Esopo (y bien pudiera
serlo), y que cada cual saque sus consecuencias........(siempre hay
alguna rara y extraña excepción, como es mi caso).
El REY Y EL
METEREÓLOGO (Anónimo)
Había una vez un Rey que quería ir de
pesca.
Llamó a su Pronosticador del tiempo y le preguntó sobre el estado del mismo para las próximas horas. Éste lo tranquilizó diciéndole que podía ir tranquilo pues no llovería Como la novia del monarca vivía cerca de donde éste iría, se vistió con sus mejores galas.
Ya en camino se encontró con un campesino montado en un burro quien al
ver al Rey le dijo: ¿Señor, es mejor que vuelva, pues va a llover muchísimo.?
Por supuesto el Rey siguió su camino pensando: ¿Qué sabrá este tipo si tengo un especialista muy bien pagado que me dijo lo contrario. Mejor sigo adelante.? Y así lo hizo!... y... por supuesto llovió torrencialmente. El Rey se empapó y la novia se rió de él al verlo en ese estado. Furioso, volvió a palacio y despidió a su empleado. Mandó llamar al campesino y le ofreció el puesto pero éste le dijo: ¡Señor!, yo no entiendo nada de eso, pero si las orejas de mi borrico están caídas quiere decir que lloverá! Entonces el Rey contrató al burro.
Esta fábula es producto del ingenio del español, que aflora con vehemencia, cuando no sabe si reír o llorar a causa de un problema de importancia general, como la crisis que estamos padeciendo. No contraten meteorólogos, sino a aquellos que tengan las orejas grandes, para ver de donde viene la lluvia...que puede se de palos, si la gente reacciona ..a lo burro, que todo es posible. Franja.
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