Blog Católico de Santa María de Baiona, nº. 752
¿Qué son las
indulgencias?
Todo
pecado lleva consigo una culpa y una pena. Culpa es la ofensa hecha a Dios;
pena es el castigo que dicha ofensa merece. La culpa de los pecados se borra a
través de la confesión. La pena, llamada 'pena temporal', hay que expiarla en
esta vida o en el purgatorio. En la vida se satisface con todo acto de amor
de Dios y toda obra buena hecha en estado de gracia, así como a través de las
indulgencias.
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya
perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo
determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia (..). (Código
de Derecho Canónico de 1983, Libro I, Título IV, Capítulo IV, Canon 992).
Las indulgencias se pueden ganar para uno mismo o aplicarlas a los difuntos
(uno por indulgencia). Nunca pueden aplicarse las indulgencias a otras personas
vivas.
Las indulgencias se agrupan en dos tipos:
* Indulgencias plenarias: borran todo resto de pecado dejando el alma dispuesta
para entrar inmediatamente en el cielo.
* Indulgencias parciales: borran parte de la pena que los pecados cometidos
reclaman.
INDULGENCIAS PLENARIAS
Las condiciones para conseguir la valiosa indulgencia plenaria son:
1.- Los mismos requisitos que en las indulgencias parciales, es decir:
- Realizar la acción que la
Iglesia premia con esta indulgencia.
- Estar en gracia de Dios antes de acabar la obra premiada.
- Tener intención, al menos general, de ganar la indulgencia.
2.- Tener la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso
venial.
3.- Confesarse, al menos quince días antes o después de realizar la acción
premiada (sin olvidar que hay que estar en gracia de Dios antes de acabar la
acción).
4.- Rezar por las intenciones del Papa un Padrenuestro y un Avemaría, u otras
oraciones. Se necesita una oración para cada indulgencia plenaria.
5.- Comulgar, en ese mismo periodo de tiempo. Se necesita una comunión para
cada indulgencia plenaria.
Hay que tener en cuenta también lo siguiente:
- Sólo se puede ganar una indulgencia plenaria cada día, excepto en caso de
muerte.
- La oración por el Papa y la comunión ha de hacerse el mismo día.
- Una misma confesión puede servir para ganar varias indulgencias plenarias.
- Cada indulgencia puede aplicarse a uno mismo o al alma de un difunto, pero no
es aplicable a otra persona viva en la tierra. Es decir, puedes sacar un alma
del purgatorio dedicándole una indulgencia plenaria.
- Algunas indulgencias sólo pueden aplicarse a los difuntos. Un ejemplo es
rezar por ellos en un cementerio, ya que se consigue una indulgencia parcial,
que será plenaria si se hace los días 1 al 8 de noviembre (una cada día).
¿Qué acciones están premiadas con indulgencia plenaria?
Cualquier día se puede obtener una indulgencia plenaria, si se cumplen las 5
condiciones comentadas anteriormente y se realiza una de las acciones
siguientes:
- Adoración a la Eucaristía
durante media hora.
- Realización del Via Crucis, recorriendo las quince estaciones erigidas
meditando la Pasión
del Señor.
- Rezo del Santo Rosario (5 misterios seguidos) en una iglesia, o en familia, o
acompañado de otros.
- Lectura o audición de la
Sagrada escritura durante media hora.
Indulgencias plenarias en circunstancias especiales.
En determinadas ocasiones pueden ganarse indulgencias plenarias si se cumplen
las 5 condiciones mencionadas anteriormente, más una de las siguientes
acciones. Por ejemplo:
- Rezar un padrenuestro y un credo en un santuario o basílica (se concede una
vez al año por santuario)
- Recibir la bendición papal Urbi et Orbi (o escucharla por radio o televisión,
en directo).
- Realizar ejercicios espirituales de al menos tres días completos.
- Asistir a una primera Comunión.
- En el momento de la muerte a quien hubiere rezado algo durante su vida. En
este caso no se precisa la confesión, ni la comunión, ni la oración por el
Papa; pero es necesario estar bien dispuesto: en gracia de Dios, rechazando
cualquier pecado, y habiendo deseado alguna vez ganar esta indulgencia.
Indulgencias plenarias en fechas especiales.
Hay varios días al año donde se pueden conseguir indulgencias plenarias. Para
ello, además de cumplir con las 5 condiciones mencionadas anteriormente, basta
realizar una de las siguientes acciones en los días señalados:
- 1 de enero: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una
iglesia.
- Los viernes de Cuaresma: después de comulgar, rezando ante un crucifijo la
oración "Miradme o mi amado y buen Jesús".
- En los oficios de Semana Santa:
. jueves santo: recitando el "Tantum ergo" durante la
exposición que sigue a la Misa.
. viernes santo: asistiendo a los oficios.
. sábado santo: renovando las promesas bautismales en la Vigilia Pascual.
- Pentecostés: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una
iglesia.
- Corpus Christi: participando en la procesión eucarística (dentro o fuera de
la iglesia).
- 2 Agosto: rezando un padrenuestro y un credo en la catedral o parroquia.
- 31 de diciembre: recitando solemnemente un "Te Deum" en una
iglesia, dando gracias a Dios por los beneficios recibidos el último año.
Indulgencias plenarias particulares
Muchas instituciones gozan de indulgencias en determinados días del año,
coincidiendo normalmente con fechas o santos propios. Hay un caso especialmente
interesante, pues quienes llevan el escapulario del Carmen se unen a la familia
carmelita y pueden ganar indulgencia plenaria el día en que le imponen el
escapulario y los siguientes días (cumpliendo con las 5 condiciones mencionadas
antes):
16 de mayo (San Simón Stock).
16 de julio (Virgen del Carmen).
20 de julio (San Elías Profeta).
1 de octubre (Santa Teresa de Lisieux).
15 de octubre (Santa Teresa de Jesús).
14 de noviembre (Todos los Santos Carmelitas).
14 de diciembre (San Juan de la
Cruz).
INDULGENCIAS PARCIALES
Condiciones para conseguir una indulgencia parcial.
Cada día pueden ganarse muchas indulgencias parciales, con cumplir sólo tres
condiciones: estar en gracia de Dios, realizar las obras que la Iglesia premia con esa
indulgencia, y tener intención, al menos general, de ganar la indulgencia.
Beneficios que aportan las indulgencias parciales
Las indulgencias parciales proporcionan una remisión de la pena del mismo valor
que el otorgado por esa misma acción. Dicho de otro modo: en las indulgencias
parciales, la Iglesia
duplica el mérito de esas acciones.
Oraciones premiadas con indulgencia parcial.
Se indican a continuación unas cuantas (todas ellas deben rezarse piadosamente,
como es lógico):
- El Angelus, el Magnificat, la
Salve, el Acordaos, las Letanías u otras oraciones marianas
aprobadas. Lo mismo a San José o al propio ángel custodio. También con el
Credo.
- Rezar con devoción filial por el Papa una oración aprobada.
- Rezar agradecido la oración por los benefactores.
- Rezar antes y después de comer una oración aprobada de súplica y de acción de
gracias. Lo mismo al empezar y acabar el día o el trabajo.
- Visitar al Santísimo adorándolo; rezar una comunión espiritual; recitar una
de las oraciones aprobadas de acción de gracias tras la Comunión (ej.: Alma de
Cristo; Miradme o mi amado y buen Jesús).
- Hacer examen de conciencia con propósito de enmendarse; rezar el Yo Confieso
u otro acto de contrición aprobado.
- Hacer la señal de la cruz diciendo En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.
Otros ejemplos de indulgencias parciales.
Si falta algún requisito a una indulgencia plenaria, suele alcanzarse una
indulgencia parcial. Además de esto, hay muchas acciones premiadas por la
iglesia con indulgencia parcial. Digamos unas cuantas:
- Decir mentalmente una oración breve al trabajar o al soportar los
sufrimientos de la vida.
- Dedicarse uno mismo o gastar bienes en servicio a los demás, por amor a Dios.
- Privarse libremente de algo grato y correcto, con espíritu de penitencia.
- Dar testimonio de la propia fe; trabajar en la enseñanza o trasmisión de la
doctrina cristiana.
- Usar piadosamente un objeto de piedad bendecido (crucifijo, rosario,
escapulario o medalla).
- Dedicar un tiempo a la oración.
- Asistir devotamente a cualquier predicación de la palabra de Dios.
- Asistir piadosamente a una novena pública (por ejemplo, la de la Inmaculada Concepción).
No se incluye la participación en la misa ni en los sacramentos entre las
indulgencias, pues ya tienen en sí mismos una gran eficacia santificadora y de
purificación.
(Mucho puedes hacer por ti en esta vida
y desde aquí por las Almas del Purgatorio.
No lo olvides.
Franja).
Javier López
Web Católico de Javier
1 comentario:
Gracias por enseñarnos tanto. Nos queda mucho por aprender y recorrer. Todavía hay tiempo, pero no podemos deternos, hemos de comenzar ya.
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