Blog católico de Santa María de
Baiona la Real, nº. 841
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En el Credo, llamado también “Símbolo de la fe”. “Symbolon” significa también recopilación, colección o sumario.
En el Credo, llamado también “Símbolo de la fe”. “Symbolon” significa también recopilación, colección o sumario.
El "símbolo de
la fe" es la recopilación de las principales verdades de la
fe. Si alguien nos pregunta:
-¿En qué
creen los católicos?
Podemos
responderle con los 13 artículos del Credo.
Nace con la Liturgia
Bautismal porque antiguamente cuando una persona quería
ser bautizada, debía recitar el Credo.
A partir del siglo V se
introduce en la Liturgia Eucarística.
Cada
domingo, después de escuchar la Palabra de Dios, y
la homilía del sacerdote, hacemos una declaración de
nuestra fe rezando el credo
como respuesta porque la fe nace y se alimenta de
la escucha de la Palabra
de Dios.
Los dos “Credos” más conocidos son:
-El
apostólico usado en Roma ya en el siglo III.
-El
niceno-constantinopolitano, que recoge la fe de los Concilios de Nicea
(año 325) y Constantinopla (año 381)
El Credo
de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, también
conocido como el credo corto, es llamado de los apóstoles por que
es considerado
como el resumen fiel de
la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo
bautismal de la Iglesia Romana.
Su gran
autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda
la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los
apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común.
El Credo
está dividido en tres partes:
La primera
parte habla de Dios Padre y
de la obra de la Creación.
La segunda
parte habla de Dios Hijo y
de la Redención de
los hombres.
La tercera
parte habla de Dios Espíritu
Santo y de nuestra Santificación.
Creo en Dios,
Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de
Poncio Pilatos. Fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Los
Artículos del Credo
Artículo
I
“Creo en
Dios, Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra.”
El misterio de
la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe
católica. Dios es uno solo, la Trinidad
es una: “Padre” – “Hijo” –“Espíritu Santo”, designan modalidades del
ser Divino, pues son realmente distintos entre sí, pero comparten una
misma naturaleza divina. Gén 18, 2 ; I Co 12, 4-6; II Co 13, 3; Ef 4, 4
.
Manifestamos, que
Dios existe, no solo por sus obras, y su revelación divina, sino porque
se manifiesta espiritualmente en quienes lo buscan con un
corazón humilde llenándolos de santidad y amor. Dios
es el principio de todo; y el fin de todas las cosas.
Dueño y Señor de todo, nosotros somos simples administradores.
II Mac 7,
28. Infinitamente sabio, conoce y sabe todo, es Omnisciente, No
podemos engañarlo. Dios lo puede todo, es Omnipotente, con
El, vencemos hasta a la muerte.
Artículo
II
“Creo en
Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor...”
- Jesús:
Significa “Dios salva”
- Cristo: “Mesías”
- Hijo
de Dios, filiación íntima
con Dios
- Señor: Significa la soberanía divina
Jesucristo es el Hijo
Único de Dios Padre, que se hizo hombre
como uno de
nosotros (misterio de la
Encarnación ), para salvarnos y
darnos ejemplo de vida.
Es la segunda persona
de la Santísima Trinidad. Jesucristo es
verdadero Dios y verdadero hombre; es decir, posee dos
naturalezas, la divina y la humana,
no confundidas, sino unidas en la única persona.
Artículo
III
“...que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de
Santa María Virgen...”
Esta parte es muy
importante porque es obra del Espíritu Santo.
En el momento de la
concepción ya existía antes sólo como Dios,
en la concepción Jesús
es engendrado, no creado, para hacerse
hombre y redimirnos por puro amor.
También ratificamos que la
madre es la Santísima Virgen María
fue siempre
virgen como anunciaron los profetas, Is 7,14 como ella misma lo
dice en las sagradas escrituras Lc 1, 28 y en su aparición en
Lourdes: “Yo soy la Inmaculada Concepción ”.
Ella sigue
acompañándonos, como lo hizo con los apóstoles porque es
la elegida por la Santísima Trinidad, por su amor incondicional
al Padre, por su entrega a la divina concepción a través del
Espíritu Santo y por su cuidado amoroso como madre de nuestro
Salvador.
Artículo
IV
“...padeció
bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado...”
Poncio Pilatos era un militar que el Imperio Romano había
designado como gobernador político de aquella región entre los años 26 al 36
d.C. Tuvo un par de encuentros con Jesús, antes de su pasión, pero por miedo a
una sublevación de los judíos, aunque sabía que Jesús era inocente, permitió
que lo crucificasen (Jn 18). Jesucristo aceptó padecer y morir para
reparar la ofensa hecha a Dios con nuestros pecados, desde nuestros padres Adán
y Eva hasta el que hayamos cometido esta mañana… para merecernos el perdón
junto con la gracia y el derecho al cielo (Is 63; Jn 1,
29).
A este gesto tan grande de
amor lo llamamos El misterio de la “Redención”.
Redimir es pagar por
otro una deuda; comprado, rescatado...
Fue Jesús quien nos abrió
las puertas del cielo que estaban cerradas…
Artículo
V
“...descendió
a los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos...”
Hay que aclarar que el término “muerte” no se utilizaba en
aquel tiempo sino que se usaba el de “Infierno”. Jesús conoció la muerte
como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de los muertos (Hades –
Sheol) como Salvador proclamando
(Jn
5, 25; I P 3, 18; Fil 2, 10; He 2, 24; Ap 1, 18; Ef 4, 9).
Jesús, “el príncipe
de la vida” (He 3, 15), aniquiló mediante la muerte al señor de
la muerte, es decir, al diablo, y libertó a cuantos, por temor a la
muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud” (He 2,
14).
En adelante, Cristo
resucitado “tiene las llaves de la muerte y del Hades” (Ap 1, 18)
y “al nombre de Jesús, se doble toda rodilla,
en el cielo, en la tierra
y en los abismos” (Fil 2, 10).
Artículo
VI
“...subió a
los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.”
“Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado a
los cielos y se sentó a la diestra de Dios” (Mc 16, 19). Jesús dijo a
los Apóstoles les dijo: “Todo poder se me ha dado en el cielo y en la
tierra” (Mt 28, 18). “Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a
todos hacía mí” (Jn 12, 32). Sentarse a la derecha del
Padre significa que empieza a reinar
como Mesías o Salvador del
mundo y que en Él se cumple lo que anunció el profeta Daniel: “Se le dio el
poder, el honor y el reino, y todos los pueblos y naciones le
obedecerán. Su reino es un reinado eterno que nunca acabará y que jamás
será destruido” (Dn 7, 14; Ef 1, 20; Ap 3).
Artículo
VII
“Desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y muertos.”
En esta parte, tenemos
conciencia que el Juicio es inmediatamente después de la muerte, porque se
nos va a juzgar según nuestras obras. El sentido de
los vivos y muertos, es decir los buenos y
los malos. Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, acompañado
de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria y serán reunidas
delante de Él las gentes de todas las
naciones y a los buenos les dirá: “Venid
benditos de mi Padre a gozar del reino que os está preparado” y a los malos
dirá: “Id malditos al fuego eterno preparado para el
diablo y todos sus seguidores” ( Mt 25) Dice el Apóstol San
Pablo: “Todos tendremos que presentarnos delante de
Dios para que Él nos juzgue. Cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de
sí mismo ante el Tribunal de Cristo” (Rom
14).
Artículo
VIII
“Creo en el
Espíritu Santo,...” El Espíritu Santo es
la Tercera Persona de la Santísima Trinidad Recibimos el Espíritu
Santo en el día de nuestro Bautismo cristiano y de una manera delicada
de nuevo en la
Confirmación (Mc 1, 8).
Jesús le dio el nombre de
“Abogado”, “Consolador”,“Defensor” que en el idioma de la Biblia traduce como
“Paráclito” y “Espíritu de verdad que estará siempre con
vosotros” (Jn 14, 15).
Está en todas partes (Jn
3, 8), en los Sacramentos, y en el alma de los que viven
como hijos de Dios.
El Espíritu Santo fue
enviado de manera especial a la Iglesia el día de Pentecostés (He 2,
1-13).
El Espíritu Santo nos ayuda
a vivir en gracia de Dios, nos ilumina, nos fortalece,
nos consuela y nos regala sus 12 frutos y sus 7 dones.
(Gal 5, 22 – 23; Is 11, 2).
Artículo
IX
“... la Santa Iglesia
Católica,...”
La
palabra “Iglesia” (Ekklesiae) significa “Reunión, Asamblea o
Convocación” para dar culto a Dios.
La única
Religión que Cristo fundó en la tierra hace 2.000 años
fue la Iglesia
católica. Jesús dijo a Simón Pedro: “Tu eres Pedro,
(o sea Piedra), y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mateo 16, 18).
Las demás la inventaron
los hombres. (Mt 16, 18; II P 1, 20; Ef 2, 20; I Jn 2, 19; II Timoteo 4, 3).
Una por que Jesús no fundó varias Iglesias, sino una
sola fe.
Santa por su fundador y significa que nuestra
meta es la santidad.
Católica del latín Catholicos = Universal, porque ha
sido enviada
por Cristo en misión a la
totalidad del género humano ( Mt 28, 19)
Apostólica significa que viene directamente de los doce apóstoles
(el Sumo
Pontífice viene directamente de San Pedro, y los Obispos vienen
de los otros Apóstoles).
Artículo
X
“...la
comunión de los santos,…”
¿Qué es la Iglesia , sino la asamblea
de todos los santos?.“La comunión de los santos
es precisamente la Iglesia ”. La Palabra “Santo” significa
aquel que es amigo de Dios. La
palabra “comunión” significa: comunicarse los bienes unos a
otros.
Comunión de los santos significa: que todos los amigos de Dios,
los del
cielo, (Iglesia Triunfante) los del purgatorio (Iglesia Purgante) y
los de la tierra, (Iglesia Peregrina) tienen una comunicación de
bienes por medio de la oración.
Los santos junto
con María Santísima y los ángeles interceden ante Jesucristo Nuestro
Señor, único mediador entre Dios y los Hombres, y nos
alcanzan gracias inimaginables.
Ap 8,3; Mc 12; II Mac
12,38
Artículo
XI
“...el
perdón de los pecados,...”
Cristo les confirió a los apóstoles su propio poder
divino de perdonarlos pecados y éstos a sus sucesores, es
decir, a los sacerdotes, aquí nace el “Sacramento de la Reconciliación ”.
(Jn 20, 22; Mt 16,19). Y los envió a
predicar “en su Nombre la conversión para el perdón de los pecados a todas las
naciones” (Lc 24, 47;II Co 5, 18)
El “Bautismo” es el primero y principal sacramento del perdón
porque nos une a Cristo muerto
por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación (Rom 4,
24).
Otro sacramento que
perdona también los pecados es el de la “Unción de los enfermos” (Stgo 5, 13 y Stgo 5,
19).
En la oración que nos enseñó
de Jesús (Padre nuestro) y en
otras enseñanzas y parábolas nos dice claramente que el
perdón de Dios a un alma arrepentida está condicionado: Si no
perdonamos a los que no ofenden, tampoco Dios nos perdonará. (Mt 18, 23 ; Lc 17, 3; I
Jn 3, 15).
Artículo
XII
“... la
resurrección de la carne.”
Dice Jesús:
“Cuando ayudes a los que no pueden pagarte o recompensarte,
tendrás la dicha de que Dios te recompensará en el día de
tu resurrección” (Lucas 14, 14).
“Ésta es la voluntad
de mi Padre, que el que crea en el Hijo, yo lo
resucitaré en el último día” (Juan 6, 40).
“Los que hicieron el
bien, saldrán y resucitarán. para la vida pero los que obraron
el mal, resucitarán para la condenación.”(Jn 5,29)
“Los justos brillarán como el sol.” (Mt
13,43; So 1,3; Dn 3,6; Ap 21,8; Mt 8,12; Dn 12,3)
“En
la resurrección de los muertos los hombres serán como
ángeles en el Cielo.” (Mt 22.30) “El que guarda mi
Palabra. No morirá para siempre.” (Jn 8, 51)
Artículo
XIII
“... y la
vida eterna.”
Jesús decía: “En esto consiste la Vida Eterna , en que te
conozcan a Ti, Padre Celestial y a tu
enviado, Jesucristo.” (Jn 17), “El que crea en
el Hijo de Dios tendrá Vida Eterna.” (Jn 3, 36).
Con respecto
a Purgatorio, la tradición hace referencia sobre ciertos textos de
la Escritura que lo describe como un fuego purificador. (I Co,
3, 15; 1 Pe 1, 7; Mt 12, 31;Mt 5, 25 – 26; II Mac 12, 46),
“En la casa mi Padre hay muchas mansiones (estancias) y
voy allá a prepararos un lugar.” Jn 14,3; Heb 6,26; Fil
1,23; 1 Tes 4,17 “Alegraos por que
vuestros nombres están escritos en los cielos.” Lc
10,20; Dn 12,1; Ap 3,5
Carteles del Año de la Fe de diversos lugares
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