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lunes, 18 de septiembre de 2023

"Señor,dijo el Centurión, no te molestes", "YO NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA" (Lc 7, 1-10)

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Jesús  Mateo, sacerdote de Valladolid me  envía el  Comentario del Evangelio de cada día,  y yo con gran placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de oración.

P. Javier Olivares.

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18 de septiembre, lunes 2023

"Señor,dijo el Centurión, no te molestes",  "YO NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA" (Lc 7, 1-10)

Hoy el Evangelio nos habla de un centurión que tenía gravemente enfermo, a punto de morir, a un criado al que estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús envió a unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos para decirle: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; dilo de palabra y mi criado quedará sano". Jesús se admiró de su fe y dijo a los que lo seguían: "Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe". Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano. Impresionante la fe del Centurión. Este hombre ganó el corazón de Jesús.

A lo largo de mi vida he pronunciado miles y miles de veces estas palabras del Centurión. Concretamente esta mañana en las dos misas que he celebrado las he dicho. Me pregunto: ¿Habré conmovido al Señor como el Centurión? ¿Las he dicho con la fe de este hombre que era pagano, gentil? Señor, perdóname por mi falta de fe y por mi falta de amor. Perdóname porque en cantidad de ocasiones las he rezado mecánicamente, sin poner el corazón en ellas. Tengo que aprender del Centurión. Él no se consideraba digno de que entrases en su casa. Y es cierto.

Él era un centurión, un hombre importante, pero tú eres el Hijo de Dios, perfecto Dios y perfecto hombre. Tenía toda la razón del mundo. No se consideraba digno de recibirte en su casa. Y yo, ¿soy digno de que te reciba en mi corazón comiendo tu Cuerpo y bebiendo tu Sangre? Señor, no soy digno de que entres en mi corazón, pero sé que me amas y que me quieres y que te encuentras a gusto en mi pobre corazón. Cambia mi corazón. Gracias, Dios mío. Infinitas gracias.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.

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